Guillermo Collarte, número 2 del PP ourensano al Congreso, dice que Rubalcaba le parece «un tipo inteligente que merece la pena»
11 nov 2011 . Actualizado a las 11:52 h.«No me vino a buscar nadie, vine yo solito», dice Guillermo Collarte Rodríguez (Ourense, 1954) cuando le preguntan por su aterrizaje tardío en la política de primera línea. El número 2 en la lista del Partido Popular al Congreso por Ourense explica que decidió dar el paso porque Baltar le hizo un ofrecimiento, «lo acepté y me metí en este fregado». Claro que la familia también pesó.
-Las municipales de Ourense no salieron como querían ustedes...
-No era fácil. No eran mi objetivo inicial, fue algo sobrevenido. Hubo una pequeña desfeita de la que, a estas alturas, no me arrepiento en absoluto, pero me sirvió para coger cintura.
-¿Ha perdido amigos en el camino?
-Hubo momentos en que la situación era un poco tensa, pero no será por mí que pierda un amigo por estar en política.
-Dicen por ahí que, si gana el PP, usted ya está colocado en el Gobierno...
-Por respeto a los ciudadanos, primero tiene que haber unas elecciones. Si las gana el Partido Popular, que da esa sensación, tendrá que formar Gobierno. Y, después, los ministros tendrán que configurar sus equipos. Si alguno de ellos considera que yo puedo ocupar un puesto de responsabilidad, pues lo ocuparé. Si las cosas se desarrollan con normalidad seré diputado y concejal de Ourense; cualquiera que haga otra suposición es muy listo.
-¡Hala, Madrid! ¿No?
-Soy madridista, sin duda alguna. Es curioso: dicen que los buenos madridistas tienen que ser antibarcelonistas, y yo no lo soy. Soy hincha del Madrid hasta las cachas, desde pequeñito.
-¿Le viene a la cabeza algún mérito de Rubalcaba, por ejemplo?
-El primero, que es madridista. No tengo especiales fobias a los socialistas por el hecho de que lo sean. Creo que a Zapatero lo ha traicionado ser demasiado optimista, pensó que la crisis no iba a llegar a tanto e hizo una apuesta muy arriesgada que no le salió bien. Pero no me parece un mal tipo sustancialmente. El Ruba me parece un tipo muy inteligente, que merece la pena. Pero le ha tocado una situación muy difícil. Cada uno tiene sus ideas, pero creo que en la política no se va a ningún lado descalificando al contrario.
-¿Se sabrá algún día la verdad de lo que le ocurrió a su padre? [El empresario Guillermo Collarte desapareció en octubre de 1999 en Portugal].
-Nosotros tenemos nuestra verdad. Creo que nunca hubo intención de que pasase lo que pasó, pero mi padre tenía una salud muy complicada. Después del primer secuestro vivió siempre con mucho miedo. Probablemente la única intención de los hijos de mala madre que se lo llevaron era seguir chantajeándonos y, desgraciadamente, el bueno del Blasín, o del viejo, como le llamaba yo cariñosamente, no aguantó y se les fue. Cuando pasó lo de mi padre estaba en mi despacho en Madrid y recuerdo que escribí en la agenda una cruz y puse: «Papá, te quiero». Ese día asumí que mi padre se había muerto y, desgraciadamente, acerté. Hace dos o tres años, mi madre todavía seguía con la ilusión de que algún día apareciera. Pero te reconozco una cosa: cuanto más pasa el tiempo, más fastidiado es para mí.
-Cuénteme un poco qué hace en su tiempo de ocio...
-En cuanto no tengo otro lío me voy a los vinos, una zona que tiene Ourense que es una maravilla. Recuerdo las tortillas de patata del Aurelio; creo que parte de mi diabetes la enganché allí, entre las tortillas y el licor café. Quiero mucho a Galicia y quiero mucho a Ourense. Me tentaron para volver en el momento preciso y era fácil tentarme; soy un chico fácil.
guillermo collarte número 2 del pp ourensano al congreso
ACTIVIDAD. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Actualmente es concejal en Ourense y gerente de Xestur.
PATRIMONIO. Collarte declara un piso en Madrid con hipoteca, un Audi A3 de segunda mano, un fondo de pensiones de 100.000 euros y una cuenta con 14.000.
-¿Qué lo motivó para volver a Galicia después de años en Madrid?
-Influyó mucho pasar más tiempo con mi madre, que tiene 83 años. No sé el tiempo que me queda de tener una madre; a mi padre lo perdí.
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