Dos mundos en 24 kilómetros

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

La natalidad se acelera en el concello de Coirós, pero se estanca en el de Irixoa

27 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Primera imagen. Dos de la tarde. Los trece alumnos de una de las dos escuelas unitarias que hay en el concello de Coirós se preparan para regresar a casa. «O ano pasado chegamos a ter vinte, pero contamos que volva subir a cifra porque aquí hai moitos rapaces que teñen irmáns pequenos que naceron nos últimos anos», describe Conchi, una profesora que desde que llegó al pueblo a principios de los noventa ha visto pasar generaciones y generaciones por ese aula.

Durante todo ese tiempo ha comprobado cómo el índice de nacimientos iba dibujando una onda con altos y bajos que parecen ahora tender al alza. Porque «ha llegado a haber aquí únicamente 7 alumnos», puntualiza Luis, el padre de uno de los pequeños que aguardan la salida. Ahora, entre ese centro y otro levantado en Fontelo, hai 29. En todo el municipio hay unos 67 pequeños que no llegan a los cuatro años. Y en lo que va de año ha habido diez nuevos nacimientos. Ayuda que la cercanía de la autovía haya hecho que vecinos de A Coruña o Betanzos hayan trasladado su vivienda al concello. Y también pone su grano de arena la actividad del polígono industrial.

Igual que el resto de los padres que en los últimos años han tenido descendencia en el municipio, este vecino de Coirós es uno de los que se han beneficiado de las ayudas por nacimiento que concede el gobierno local desde ya varios años. Estas varían entre los 500 euros por el primer hijo y los 3.600 por el quinto. Nada es en metálico, son ayudas para la farmacia, pañales, carrito o cualquier cosa que se precise. La idea es que el beneficio vaya directamente a los nuevos vecinos.

Segunda imagen. Tres de la tarde. No hay mucho movimiento en el centro de Irixoa. Junto a un cruce de caminos está el restaurante O Garfo. Al lado se ven unos columpios vacíos. Llueve. Dentro, Luis O Pomadas, O Rubio, Espiño y Valerio juegan al tute. Los tres últimos están jubilados. El primero tiene un supermercado. El tema de la natalidad se cuela en la conversación a través de una pregunta. «Aquí nace un e morren vinte», resume este. No va desencaminado. En lo que va de año, según el padrón municipal, ha habido un nacimiento y dieciséis defunciones. Parece que la ayuda habilitada por el Ayuntamiento hace unos años que concede 500 euros por hijo a aquellas parejas que lleven empadronadas al menos un año en el concello no acaba de tener consecuencias. Hay 23 menores de cuatro años. O puede que el problema sea otro diferente.

«A xente nova marcha porque non hai en que traballar. Antes había moita máis industria forestal, pero agora queda unha empresa de madeira que da emprego a entre 17 e 18 persoas, o supermercado onde están 6 e hai unha pequena empresa do sector da construción», comenta el propietario del supermercado. Tiene dos hijas y, dice, «deben ser das pequenas do pobo», apunta.

Diferencia

Solo 24 kilómetros separan esas fotos fijas. Las instantáneas muestran como los cambios en la pirámide poblacional están directamente relacionados con la capacidad de generación de empleo y la ubicación en el cordón o área de influencia de una gran urbe. Con todo, ninguno de los dos lidera ninguna estadística demográfica. Sus saldos vegetativos son negativos y ninguno está entre los municipios con mayor índice de natalidad. Por el momento, tampoco tienen natalidad cero.

1.722

Población de Coirós

El 29 % tienen más de 65 años, pero desde el 2000 crece el número de habitantes.

1.501

Población de Irixoa

El 36 % van más allá de los 65 años. Desde el 2000, hay más de 200 vecinos menos.