«¡Hola! No tengo futuro»

redacción / la voz

LUGO CIUDAD

Decenas de miles de gallegos se manifestaron ayer en las principales ciudades de la comunidad

16 oct 2011 . Actualizado a las 20:40 h.

«¡Hola! No tengo futuro». De esa forma espontánea, un niño resumió ayer en A Coruña la razón por la que Galicia inundó las plazas principales de sus ciudades. Lo gritó a través de un megáfono en un 15-O que desbordó las cifras previstas. Unas 10.500 personas, según la policía en A Coruña. Unas 9.000 en Santiago. En Vigo, la organización elevó el número hasta 30.000, una cifra que los agentes dividieron luego entre tres. También se dieron cita centenares en Lugo. En torno a un millar en Ourense y más de mil en Pontevedra. Y solo un centenar en Ferrol. Todos salieron a la calle bajo el lema común de «Unidos por un cambio global».

Fue un clamor que se escuchó en el Obradoiro compostelano, vallado en su mitad. Allí, los participantes de todas las edades, aunque en su mayoría jóvenes, se sentaron en el suelo al tiempo que coreaban las reivindicaciones que se iban escuchando en alto. «Estamos aquí para pedir un ensino público digno, para recuperar a liberdade que lle roubaron ao pobo e porque nos preguntamos: é este o mundo que lles queremos deixar aos que veñen detrás de nós», explicaba uno de los participantes en la marcha que partió de la Senra, discurrió por las calles del Ensanche y acabó a los pies de la Catedral.

La misma rabia inundó la Puerta del Sol, en Vigo. Durante las dos horas y media de marcha por la ciudad, los indignados clamaron contra la banca y mostraron grandes pancartas en las que podía leerse desde «Sal a la calle antes de que te quiten tu casa» o «el Gobierno rescata a los bancos y deja a las familias en la calle».

En A Coruña, recorrieron el centro. Pasearon entre dos plazas, la de Pontevedra y la de María Pita. «Penso, logo estorbo», era una de las muchas proclamas que podían encontrarse en medio de la marabunta.

Y en Pontevedra, el punto final de la manifestación fue la plaza de España. Después de discurrir por la ciudad interpretando cientos de canciones, coreografías y lemas reivindicativos que tenían como blanco a banqueros y políticos, a los que reclamaban la devolución de las primas a los directivos y una democracia real, leyeron un manifiesto. Fue ante el monumento a los Héroes de Ponte Sampaio, que lucía una pancarta con el lema «Por la igualdad, por la justicia, por la dignidad, pero sobre todo, por sentido común, ¡que nos escuchen!».

El punto de reunión en Lugo fue la praza Maior, donde la marcha que hizo paradas delante de edificios como el palacio provincial y la sede de la subdelegación del Gobierno, acabó en sentada. No faltaron consignas como «No nos representan», «el próximo parado, que sea diputado».

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