El incendio de Castrelo de Miño obligó a desalojar un pueblo

c. paradela O CARBALLIÑO / LA VOZ

GALICIA

El fuego fue declarado de madrugada de nivel 1 como medida preventiva

09 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El incendio forestal registrado sobre las 21.30 horas del pasado viernes en el municipio ourensano de Castrelo de Miño obligó a desalojar a los vecinos del pueblo de Armada, ya que las llamas rodearon todas las viviendas, unas veinte, y llegaron a afectar a una superficie total de cincuenta hectáreas.

La alarma se inició en el pueblo de Noallo, en la parroquia de Barral, una zona en la que durante los últimos meses ya hubo varios conatos de incendios, por lo que los vecinos del lugar no descartan que este último pudiera ser intencionado.

La situación en esta ocasión fue mucho más grave y difícil de controlar, según expone el regidor de Castrelo, Xurxo Rodríguez, debido a un componente inesperado, el fuerte viento.

Aunque inicialmente las llamas se desplazaron hacia el monte en dirección Ponte Castrelo, pronto llegó hasta Cartelle, poniendo en peligro a la población de Armada, que fue desalojada por los voluntarios de Protección Civil, ante la escasez de medios inicial, según denuncia el regidor nacionalista.

Hubo momentos de gran tensión, ya que el fuego permaneció descontrolado hasta cerca de las 2.00 horas y ardiendo en varios frentes, avivado continuamente por el viento que soplaba en el lugar. Rodríguez Méndez indica que ni siquiera la carretera que une Ponte Castrelo y Cartelle, que es bastante ancha, actuó de cortafuego: «Cruzouna coma se nada».

Las dimensiones del incendio forestal hicieron que fuese declarado de nivel 1, de madrugada, como medida preventiva. En concreto, desde la 1.30 a las 9 horas de ayer, en que el fuego se consideró desactivado.

El nivel 1 se decreta para aquellos incendios en los que, pudiendo ser controlados con los medios de la comunidad autónoma, se prevé, por su posible evolución, la necesidad de adoptar otras medidas no relacionadas con la extinción para la protección de personas y de los bienes distintos de los de naturaleza forestal que se puedan ver amenazados por el fuego.