Gerardo Conde Roa: «Uno siempre pierde grandes oportunidades de quedarse callado»

mariluz ferreiro REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El alcalde de Santiago dice que «aterrizó con turbulencias» y se encontró una «situación muy grave»

24 sep 2011 . Actualizado a las 10:59 h.

La muiñeira de Chantada cruza el Obradoiro, se cuela en Raxoi y corretea por las salas y despachos. Es la improvisada banda sonora que acompaña al alcalde, el popular Gerardo Conde Roa.

-Usted tardó en tomar posesión por aquel recuento de votos. ¿Cómo llevó aquella espera?

-Con tranquilidad. Solo me preocupaba que se retrasara la toma de decisiones. El tiempo no era un problema. Yo había sido candidato por primera vez en el 87. Tras más de veinte años no importaba esperar un poco más. Lo que no entendí es la postura de estar recurriendo para quedarse y al mismo tiempo estar despidiéndose para marcharse.

-¿Cómo fue su llegada?

-Un aterrizaje con turbulencias. Nos encontramos con sorpresas desagradables. Nos toca administrar deuda. Procuraré cumplir el programa electoral en todos sus términos.

-¿Tan grave es la situación?

-Mucho más grave de la que imaginábamos. Tuvimos que tomar muchas medidas. Reducción de asesores, de dedicaciones exclusivas... Hicimos las fiestas del Apóstol con 60.000 euros.

-No se muerde la lengua. ¿Nunca se arrepiente de lo que dice?

-Bastante. He perdido la cuenta. A mí me hacen gracia las folclóricas que dicen: «No me arrepiento de nada». Pues yo todos los días me arrepiento de cosas que digo o hago. He procurado no herir a nadie, otra cosa es que sea duro, cortante o me salga de lo políticamente correcto. Pero uno siempre pierde grandes oportunidades de quedarse callado. Aunque no se equivoca el que no dice nada. Cada uno tiene su personalidad. Los políticos clónicos no son buenos.

-Coches oficiales. Sustituyó una Berlina por un Citroën C5.

-Aquí no teníamos problema con los coches oficiales. La Berlina la tenemos por si viene un invitado ilustre. Pero yo no tengo complejos por usar el coche oficial, el alcalde de una ciudad debe tenerlo a su disposición. Otra cosa es que yo lo use poco. Vivo cerca del Ayuntamiento y me gusta caminar.

-Uno de sus objetivos es pescar población.

-No es fácil. Hubo carestía de vivienda, muchos ciudadanos se fueron a Oroso, Teo... Volver es complicado. Tenemos que sentarnos juntos todos los concellos del área. Yo no tengo problema en sentarme con políticos del BNG o socialistas.

-¿Cuál sería la población ideal de Santiago?

-No tiene que aspirar a ser una gran metrópoli, sería absurdo. Unos 130.000 habitantes estaría bien.

-¿Tiene algún proyecto para la antigua terminal del aeropuerto?

-No, tenemos que reunirnos con Aena y que ellos propongan. La nueva es espléndida. Tuvo que llegar José Blanco para que se acabase. Tiene todo mi agradecimiento. Y lo sabe.

-Apoya que la feria de ganado salga de su ciudad. Algunos dicen que usted reniega de lo rural.

-Veo un Santiago urbanita, rural, de los barrios... La feria de ganado es una cuestión recurrente, no soy el primero que lo plantea. Es parte de la esencia de la ciudad. Pero los tiempos cambian. También duele cuando desaparece un comercio de toda la vida.