Miles de profesores salen a la calle por el aumento de su carga lectiva

Elisa Álvarez González
elisa álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La Xunta incrementará este curso las horas de clase de los maestros

10 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Miles de profesores de la enseñanza pública dijeron ayer «no» a la política educativa de la Xunta. Casi 15.000 docentes según los sindicatos convocantes, y entre 4.000 y 5.000 según el Concello de Santiago, gobernado por los populares, recorrieron las calles de la capital de Galicia bajo el lema «Pola calidade do ensino público, non ao incremento do horario lectivo para o profesorado».

La marcha es la primera de un calendario de movilizaciones diseñado para este curso y que continuará el día 20 con un paro de brazos caídos de media hora, y con dos huelgas los días 21 y 27 de septiembre. El motivo principal de las protestas es la modificación de la jornada lectiva de los docentes. En el caso de los profesionales de infantil y primaria, pasará a partir del lunes de 21 a 25 horas a la semana, además de atribuirse nuevas funciones a los profesores, como la custodia de los alumnos que utilizan el transporte escolar antes y después de subir y bajar del mismo.

En un ambiente festivo y acompañados en todo momento por gaitas, tambores y flautas, los manifestantes colapsaron el centro de Santiago y terminaron leyendo un manifiesto delante de la sede de la Xunta.

A lo largo de la marcha se pidió en numerosas ocasiones la dimisión del conselleiro, una petición que reiteró Adela Leira, profesora de un instituto en Combarro, que fue la encargada de leer el manifiesto firmado por todas las organizaciones sindicales con representación en la educación.

«O profesorado galego considérase agredido por este atropelo contra os profesionais do ensino público», apuntó Leira, asegurando que, «o mellor servizo que lle pode facer á educación galega o conselleiro é dimitir, porque o ensino non merece un conselleiro que falta á verdade, despreza e insulta ao profesorado», concluyó.

Los profesores aseguran que el aumento de la jornada lectiva no se producirá solo en infantil y primaria, de 21 a 25 horas; sino que en secundaria puede pasar de 18 a 20 horas semanales, lo que conlleva que más docentes impartirán clases de asignaturas afines, es decir, que no se corresponden con su especialidad.

Las consecuencias de estos cambios en los horarios serán, para los sindicatos, una reducción de puestos de trabajo, que en las etapas de infantil y primaria cifran en un millar, mientras que los datos de secundaria no se conocerán hasta el día 14.

Otro efecto, sostienen los profesores, será el agrupamiento de alumnos de distintos cursos, que podrá llegar a 20 alumnos por aula si se trata de estudiantes de un mismo ciclo, y a 17 si pertenecen a ciclos diferentes.

Tras más de una hora y media de marcha y de leer el manifiesto, los seis sindicatos convocantes -CIG, CC.?OO., UGT, ANPE, STEG y CSI-CSIF- dieron por concluida la protesta tras cantar el himno gallego.

A la marcha asistieron el portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, así como varios diputados nacionalistas como Bieito Lobeira o Carlos Aymerich; los diputados del grupo parlamentario socialista Guillermo Meijón, Fernández Leiceaga, Francisco Cerviño y Concepción Burgo; Suso Seixo, secretario nacional de la CIG; o José Antonio Gómez, secretario de UGT-Galicia.

Nuevas movilizaciones

El conflicto entre profesores y Administración educativa puede no terminar con las movilizaciones previstas para este mes. El portavoz de la CIG-Ensino, Anxo Louzao, aseguró que o hay una rectificación por parte de la Xunta, o su sindicato está dispuesto a seguir con el calendario de protestas.

Y a la vista de la postura de Educación, lejos queda el entendimiento. El director xeral de Centros, José Manuel Pinal, aseguró que el lunes comenzará el nuevo horario lectivo, y aunque se mostró propicio al diálogo con los sindicatos, no para rectificar un horario que equipara a los docentes gallegos con los de la mayoría de las comunidades. La Xunta rebajó la asistencia a la manifestación a un 5 % de los 32.000 profesores de la educación pública no universitaria.