Conflicto por las matrículas gratis del personal de Educación

j. g. santiago / la voz

GALICIA

Los sindicatos presionan para que la consellería vuelva a reconocer la gratuidad a sus funcionarios y a sus hijos

16 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La decisión de empezar a cobrar el próximo curso las matrículas universitarias al personal no universitario de Educación y a sus hijos ha suscitado polémica entre los sindicatos. Estos presionarán a la Consellería de Educación con una recogida de firmas y con otras actuaciones de protesta para que vuelva a reconocerse la gratuidad de las tasas, pese al ahorro de casi dos millones de euros que supondrá para las arcas universitarias. De hecho, solo la Universidade de Santiago contará, con esa medida, con 900.000 euros anuales más, como explicó Sara Cantorna, vicerrectora de Economía de la USC.

Comisiones Obreras ultimaba ayer un escrito para enviar al conselleiro y exigirle una convocatoria para explicar la nueva situación: «O financiamento das universidades depende da consellería, que debe solucionar este problema», indica su secretario de enseñanza, José Fuentes.

«Ese era un dereito de sempre do profesorado, debía estar consolidado. Era pago en especie polo noso traballo, semellante a outros beneficios que ten o persoal de moitas empresas privadas e públicas, pois a nosa empresa é Educación», dice Anxo Louzao, de CIG-Ensino. «Non se pode considerar un privilexio. Moitos docentes aproveitaron esa gratuidade para facer unha carreira e ter mellor formación, a pesar da estabilidade de seren funcionarios». Considera la medida «outro recorte salarial», y exigirá «que se devolva a matrícula a quen a pague agora».

Marcelino Brea, de FETE-UGT, aventura que pagar la matrícula «suporá un descenso na calidade do ensino, porque parte do persoal docente vai deixar esa formación». Entiende que, a pesar de la crisis, «hai servizos que se deben preservar, como a educación, e dende maio do 2010 asistimos a continuas agresións da consellería ao ensino non universitario». José Antonio Pardo, de la federación de asociaciones de directores, afirma que «non se nos consultou nada e esta situación é unha sorpresa, aínda que intuiamos que podía acontecer. Coas esixencias do plan de Boloña para o ensino é un paso atrás para a calidade», afirma.

Mientras, Educación insiste en que no tiene competencias para decidir cómo y a quién cobran las universidades.