Un juego de riesgo entre adolescentes como alternativa a la hipótesis del robo

La Voz

GALICIA

13 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La hipótesis de que el joven entrase en la casa por cualquier otro motivo distinto al robo no acaba de descartarse del todo, al menos entre los vecinos. ¿No podríamos hallarnos ante un juego de riesgo? Entre los objetos personales que el muchacho guardaba había dos muñequitos del tipo Playmobil. Adolescentes que frecuentan la movida de Pontedeume hablan de que, en los últimos tiempos, uno de los juegos consiste en asumir un riesgo, como entrar en una vivienda o en cualquier otro lugar que suponga afrontar dificultades, y dejar algún objeto o detalle personal del que se hace una foto con el móvil, que luego sirve para demostrar, al regresar a la pandilla, que se ha conseguido el objetivo. La familia ha insistido en negar que se tratase de un robo, versión que en principio sostiene la Guardia Civil como móvil.

Una reedición

De prosperar la hipótesis del juego, nos hallaríamos ante una reedición del viejo rol, si bien con riesgos diferentes. Aquel había quedado desacreditado tras el asesinato de Manoteras, en Madrid, en 1994, también con dos jóvenes como protagonistas.

En todo caso, el verano concentra en Pontedeume a cientos de muchachos, tanto residentes como de la marea de veraneantes que llegan a la villa eumesa, Cabanas y Ares.

Un chico modélico

El reparto por edades de los lugares de marcha nocturna asigna a la villa medieval el punto de encuentro de los más jóvenes desde hace tiempo. Son adolescentes como el chico fallecido y del que todos quienes lo conocieron destacan sus cualidades de buen estudiante, deportista y poco conflictivo. Por eso no les cuadra lo ocurrido la madrugada del domingo. No se acaban de creer que muriese apuñalado.

Lo mismo ocurre en Pontedeume con José Agustín Fernández, Canosa el carpintero, como se lo conoce en la villa. Este exconcejal de AP en la corporación local hace veinte años es una persona a la que casi todas las familias de la localidad llamaron en algún momento para colocar una ventana, un armario empotrado o cualquier otra tarea de carpintería. También les cuesta creer a los eumeses que este hombre sea la misma persona que clavó una puñalada mortal a un adolescente que entró de madrugada en su vivienda.