Vocación, ilusión y algo más

La Voz

GALICIA

27 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Nuestras cinco estudiantes van sobradas de vocación. O eso dicen. Saben que es un ingrediente fundamental para que la relación funcione. Vocación e ilusión. Lo han visto ya en los colegios donde, este curso, estuvieron dos meses de prácticas: «Yo he notado mucha diferencia entre las más mayores y las más jóvenes», dice Eva ante el asentimiento general. Desde su óptica de veinteañeras han visto más compromiso en las jóvenes maestras y algunos casos de esos que tanto daño hacen a la profesión: «Yo me acuerdo de una que no quiso ser tutora y la pusieron de apoyo. Llegaba a las diez y a las once se iba a hacer una gestión al banco», comenta una de las cinco.

En dos meses de prácticas ya se atisba el futuro y se sabe que, aunque no es obligatorio, muchas veces se cambia al niño que no controló un esfínter, o los dos; que los padres, a menudo, son unos pesados que sobreprotegen a sus hijos y minusvaloran al maestro; que en una hora de aula hay mucho más que recortar y jugar con plastilina...

De todo eso hablan estas aspirantes. Otro tipo de realidades las tienen, de momento, menos presentes. Pero enseguida se enfrentarán a ellas: el curso que termina albergó a 5.084 alumnos matriculados en alguno de los tres cursos de Magisterio de las tres universidades gallegas. La semana pasada, 5.264 opositores iniciaban los exámenes para optar a una de las 268 plazas convocadas por Educación. Además de vocación e ilusión, parece que les va a hacer falta tesón y mucha paciencia.