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Los domingos hay concierto de música en el templete de la Praza Maior de Lugo, pero está ocupado por los indignados. Los pequeños que tienen por terreno de juego la plaza convertida en campamento tienen menos sitio donde jugar este fin de semana. Por eso, el alcalde en funciones y aspirante a repetir en el cargo, López Orozco, sugirió ayer, en declaraciones a los medios de comunicación, que los indignados deberían trasladar el campamento a otra plaza.
Orozco, experto en Filosofía, conoce el arte de tejer mensajes y comenzó por señalar que comprende a los indignados. «Esa xente fixo unha chamada de atención que hai que atender». Añadió que, como los protagonistas de la protesta, él tampoco se resigna a aceptar el actual estado de cosas. «Hai que facer algo», señaló el alcalde lucense en clara complicidad con los protagonistas de la protesta. Expresada su coincidencia, les lanzó, en su estilo profesoral, un aviso: «Temos que pensar que a cidade é de todos». Habló «dos centos de pequenos» que juegan en la Praza Maior y de los conciertos dominicales de la Banda de Música. Por fin, llegó la sugerencia del presidente de la corporación: «Igual se podería buscar outro sitio». Dejó claro que no tiene [al menos no la tenía ayer] intención alguna de tomar otro tipo de medidas para dejar libre la Praza Maior: «Sería posible seguir [coa protesta] e deixar que actúe a Banda». Espera que ellos mismos se den cuenta y decidan. Después salió para Madrid, para asistir al congreso federal del PSOE.