En los municipios del interior el tiempo podría no condicionar tanto las decisiones (en Ourense se apuesta por los balnearios), pero sí en zonas como Sanxenxo, donde una bajada de temperaturas podría frenar las reservas de última hora e incluso provocar la anulación de las existentes. «En principio, un 70% de ocupación no son malos datos, pero las previsiones de lluvia determinarán la Semana Santa», dice el presidente del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo, Francisco González. Lo mismo explican los profesionales de la Costa da Morte, donde el buen tiempo puede marcar la diferencia entre «encher todo» o quedarse a medias.
Mirando el cielo, el turista decide en el último minuto si reservar o no. En O Morrazo y en Baiona, donde las previsiones oscilan entre el 60 y el 80% (frente al 50% de Vigo capital) ocurre lo mismo. En Barbanza confían en que el sol, si viene, anime a los turistas. La mayoría de los que llegan a Galicia en Semana Santa vienen de la propia comunidad o de otras limítrofes, como Asturias, de ahí que se espere hasta casi el día anterior para decidir si se viaja o no.