Aznar se une a Montilla y Díez al reavivar el tópico del gallego

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Desata las críticas del PSdeG y el BNG, y la comprensión del PPdeG, al aludir con menosprecio al origen de Rajoy

01 abr 2011 . Actualizado a las 14:47 h.

Como le ocurriera meses antes a la líder de UPyD, Rosa Díez, y al ex presidente de la Generalitat de Cataluña José Montilla, Aznar también tropezó contra el tópico del gallego en la escalera, del que dicen que nunca se sabe si sube o si baja o si hace alguna otra cosa. En el transcurso de una entrevista televisiva, el ex presidente del Gobierno aludió a Mariano Rajoy, la persona que designó para sucederlo al frente del Partido Popular, como una persona con «gran experiencia» y «capacidades para ser presidente», si bien matizó acto seguido: «Lo que pasa es que tiene su personalidad, su estilo, su origen y oficio gallego».

Estas palabras de Aznar desataron un vendaval político en Galicia, y en gran medida por la encendida reacción de los socialistas y los nacionalistas, que ven en las valoraciones del ex presidente un «insulto» y un «desprecio» a todos los gallegos. El PPdeG, no obstante, optó por guardar silencio, mientras el mandatario autonómico, Alberto Núñez Feijoo, dijo que donde otros aprecian un agravio él solo ve un «eloxio».

Uno de los primeros políticos en reprobar a Aznar fue el delegado del Gobierno en Galicia, el socialista Antón Louro, quien en el acto de despedida de su cargo emplazaba al ex presidente a «retirar» sus declaraciones, pues entiende que solo ponen de manifiesto un «déficit» importante del conocimiento y la cultura de una persona.

Más duro se mostró el diputado autonómico José Manuel Lage, también del PSdeG, quien en una rueda de prensa calificó a Aznar de «cretino» por «minusvalorar a nosa condición de galegos», y preguntó si ya pensaba lo mismo cuando «elixiu dedocraticamente» a Rajoy como sucesor en el PP. El secretario general de los socialistas, Pachi Vázquez, reaccionaba también a través de una nota para recordarle a Aznar que le debía «unha disculpa» a los gallegos y para señalar que el PSdeG coincidía con el ex presidente en remarcar la «incompetencia e incapacidade» de Rajoy, si bien resaltaba que «probablemente a súa maior virtude sexa a de ser galego».

Una munición similar se encontró Aznar en las filas del BNG, cuyo portavoz nacional, Guillerme Vázquez, tachó de «inaceptables» sus palabras, por entender que expresan una forma de pensar «claramente intolerante e xenófoba». Es más, el líder del Bloque remarcó: «Non é de estrañar que o único galego ao que o señor Aznar realmente profesa sexa Francisco Franco».

La Mesa pola Normalización Lingüística se sumó al coro de críticas mostrando su total «rexeitamento» a las palabras de Aznar sobre Rajoy y pidió al presidente de la Xunta un pronunciamiento en la misma dirección contra la «ofensa» al pueblo gallego.

Pero lejos de eso, Feijoo vio lo ocurrido desde una óptica muy diferente: «Interpretei as palabras do ex presidente Aznar como algo totalmente positivo», manifestó en la rueda de prensa posterior al Consello de la Xunta, donde constató que la valoración, era «un eloxio ao carácter pausado, tranquilo e intelixente do señor Rajoy».

También la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, entró ayer en la polémica para parapetar a Aznar y acusar a los socialistas de intentar desviar la atención sobre el comportamiento de Zapatero con las críticas a su predecesor en el cargo.

Disculpa y reprobación

Para bien o para mal, Aznar se convirtió en el tercer político de ámbito estatal en reavivar el tópico de los gallegos, un asunto que llegó incluso a ser abordado en el Parlamento gallego, cuando Rosa Díez utilizó el «sentido más peyorativo» del término para criticar a Zapatero. La líder de UPyD fue reprobada, aunque sin ser citada, por la Cámara gallega.

José Montilla, que utilizó la tópica indefinición del gallego para criticar el papel de CiU en Madrid, se libró de una medida similar al pedir disculpas de inmediato. Lo más llamativo es que Díez y Montilla usaron el término para descalificar a rivales. Aznar lo empleó para referirse a uno de los suyos.