La presión del SVA consigue recortar los alijos de cocaína en la comunidad un 75%

La Voz

GALICIA

03 mar 2011 . Actualizado a las 01:05 h.

El principal argumento esgrimido por los responsables de la Agencia Tributaria para privar a Galicia de su único avión de lucha contra el narcotráfico es la caída en el volumen de incautaciones de sustancias psicotrópicas. Sin embargo, como esta semana razonaron los representantes de la CIG, este es un planteamiento fácilmente reversible. Según los datos del Servicio de Vigilancia Aduanera, mientras en el 2009 se interceptaron 9.200 kilogramos de cocaína con destino a la comunidad, el año pasado su cifra se redujo a 2.300 kilos; esto es, apenas una cuarta parte. El descenso en el caso del hachís sería todavía más acusado, 793 kilogramos en el 2010 frente a los 7.200 del 2009, si una operación de última hora no engrosase este registro con 25 toneladas más que, aunque capturadas en Andalucía, estaban destinadas al mercado gallego. Con el balance en la mano, parece razonable concluir que el trabajo de los profesionales del SVA que operan desde las seis bases galaicas (Ribadeo, A Coruña, Muros, Vilagarcía, Marín y Vigo) ha conseguido recortar las entradas de cocaína en un 75%, en lugar de inferir que los clanes de las rías se han relajado.

En cuanto a la importancia de la cobertura aérea, merece la pena destacar el ejemplo de la operación Tabaiba, desarrollada en enero del 2009 en Muxía. La colaboración del Greco con la Brigada Central de Estupefacientes y Vigilancia Aduanera permitió incautar 3.500 fardos de cocaína valorados en 120 millones de euros. Sin la intervención del avión del SVA que tenía su base en Santiago, la planeadora en la que viajaba la mercancía difícilmente hubiese sido interceptada. Los aparatos de Alicante podrán volar de noche. Magro consuelo ante el temor de que la distancia signifique olvido.