Probada la paternidad de Crisanto

Eduardo Eiroa Millares
eduardo eiroa CEE / LA VOZ

GALICIA

Una sentencia confirma que el hombre cuyo cadáver desapareció en Cee es el padre de Caamaño Vidal, que demanda parte de la herencia del empresario.

16 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Ya ha pasado más de un año desde que el cuerpo del empresario de Cee Crisanto López desapareciera de su tumba en el cementerio de San Adrián de Toba. El descanso eterno le duró poco más de dos años al maderero.

El ataúd, con su cuerpo dentro, voló del camposanto días antes de que el juez decidiese abrirlo para exhumar el cadáver y realizar unas pruebas de ADN por una demanda de paternidad presentada por Manuel Enrique Caamaño Vidal, un taxista natural de Muxía que aseguraba ser su hijo.

Sin cuerpo con el que comparar el ADN de Caamaño Vidal, no había prueba posible, por eso desde el principio se apuntó al entorno familiar del maderero. Se sospechaba que alguien había hecho desaparecer a Crisanto para evitar nuevas divisiones en su jugosa herencia.

Crisanto no apareció ni es previsible que lo haga, pero si el objetivo era evitar que se pudiera probar la paternidad, no ha funcionado. El maderero sí es el padre de Caamaño Vidal, según se desprende del cotejo de las pruebas de ADN de una de las hijas naturales del empresario y de las del taxista. La fiabilidad de esa prueba es, según el análisis realizado por el Instituto de Medicina Legal de Santiago, del 99,9999%, así que no quedan muchas dudas. No las tuvo la jueza del Juzgado número 1 de Corcubión que instruyó el caso y que falló a favor de la demanda del taxista muxián, que, ahora sí, entrará en el reparto de la herencia.

«Cuando la comisión judicial pretendió la exhumación, el nicho estaba vacío y se requirió de nuevo a las hijas matrimoniales para que manifestasen si prestaban su consentimiento para someterse a las pruebas biológicas acordadas, accediendo una de ellas», dice la sentencia. Rosa López dio una muestra de sangre, «las demás se han negado a someterse a ellas a pesar del nulo riesgo para su salud o integridad física», dice en el documento la jueza Carmen Veiras.

Así, la jueza estima finalmente la demanda de Caamaño Vidal contra las tres hijas reconocidas de Crisanto López, Carmen, Angelina y Rosa López Soneira. Para la jueza queda probado que el maderero y Orosia Caamaño tuvieron un hijo juntos, Manuel Enrique, hecho que, dijo siempre el demandante, el empresario nunca ocultó en vida.

Así, por la vía judicial, se han topado las tres hijas un cuarto hermano, alguien con quien no se trataban hasta ahora y con el cual tendrán que repartir la herencia. Seguramente no les haya producido un gran entusiasmo encontrarse con un nuevo pariente en tan extrañas circunstancias. Eso sí, no tendrán fácil llevar flores a la tumba del difunto, al menos no lo harán a la tumba del cementerio de Toba. Falta por saber si hay otra..