Torres Colomer renuncia a ser candidato y da el relevo a Ruiz Rivas en Ribeira

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

El alcalde popular dice que se va tras veinte años por «motivos íntimos»

11 feb 2011 . Actualizado a las 12:42 h.

Ribeira, el municipio coruñés que representa la principal alcaldía del PP gallego, cerrará pronto una página de su historia. Ayer se anunció que el actual alcalde, que lleva veinte años en el cargo, no se presentará a las próximas elecciones municipales, clausurándose así la era de José Luis Torres Colomer. Le cede el puesto a Manuel Ruiz Rivas, su otrora delfín en la política municipal y actualmente portavoz en el Parlamento. La sucesión, que podría ser un relevo generacional sin más -el regidor tiene 68 años y Ruiz 53-, adquiere relevancia por cómo se llevó a cabo.

En septiembre, tras hacerse público que tanto el regidor como el portavoz parlamentario querían ser candidatos, el partido, casi en el tiempo de descuento -tenían la presentación de los cabezas de cartel de la provincia coruñesa un sábado y lo anunciaron el jueves-, dijo que apostaba por la veteranía de Torres Colomer. Su gran aval eran las cinco mayorías absolutas que tiene a sus espaldas. El responsable provincial del partido, Carlos Negreira, también había dicho que era necesario que Ruiz continuase con su labor en el Parlamento.

Pero las tornas cambiaron ayer. Carlos Negreira, acompañado de los dos protagonistas de la sucesión, señaló que, finalmente, será Ruiz Rivas quien opte a la alcaldía. Negreira insistió en que el cambio viene dado por la renuncia del regidor. Dijo que el comité electoral aceptó anteayer su decisión «y designó como nuevo candidato a Manuel Ruiz».

De hecho, Negreira enfatizó que consideraban que Torres era el mejor cabeza de cartel, «pero aceptamos y comprendemos sus motivos y Manolo va a ser un candidato excepcional». ¿Por qué se aparta Torres? «Por motivos persoais e moi íntimos, nos que espero que ninguén entre», manifestó ayer el mandatario.

Elogios para ambos

Luego, los tres se encargaron de escenificar una enorme unión. Hubo apretones de manos y elogios de unos a los otros. Se insistió en que esta no es una despedida política de Torres, que seguirá como senador, como responsable local del partido y en el comité de dirección.

Hasta ahí, la comparecencia oficial. Luego, entre bastidores, más escenificación de cordialidad y amistad. Un gesto: nada más acabar, la mujer de Torres llamó por teléfono. Habló con su esposo. Y le pidió que le pasase a Manuel Ruiz Rivas. Quería felicitarlo.