«Unha escola deste tipo é moi rica emocionalmente»

La Voz

OURENSE CIUDAD

24 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Mientras los mayores escriben ya en libretas de doble pauta, Sarah idea con unos lápices las vocales que está aprendiendo y Alba pinta con sus lápices de colores. Todos con sus mandilones, se van empapando de las clase que toca: inglés, con la profesora Marina. En la unitaria de Punxín (comarca de O Carballiño, Ourense) estudian 8 alumnos: Alba (3 años), Sarah (4), Laura y Miguel (6), Pedro y Lucía (7), Álex (8) y Montse (9). Desde infantil hasta cuarto de primaria. Aprenden juntos en una misma aula, pintada de azul y dividida por rincones: el de la biblioteca; el de los juegos; el de lógica y matemáticas; el de informática; el de los deberes.

Los pequeños se refugian en los niños de más edad cuando sienten temor a algo y estos los protegen. Esa es una de las claves de una escuela unitaria, «moi rica emocionalmente», explica la directora, Pura Álvarez. Ella ha dirigido colegios con muchos alumnos. Ahora, por segundo año, está al frente de este, que tiene ocho. «Quería vivir isto, apórtame moito a nivel profesional». Dentro de esas 65 unitarias no integradas en colegios rurales agrupados que quedan en Galicia, la de Punxín es una de ellas y singular por varios motivos.

El primero, por ser unitaria y llevar las siglas C.E.I.P: esto, por albergar ?algo poco usual? a niños desde tres hasta nueve años. El segundo motivo: ser una de aquellas escuelas fundadas por emigrantes. Fue donada por la mujer de Benigno Quiroga Fernández e inaugurada en 1923. Las imágenes de ambos presiden la entrada del imponente edificio de piedra. Los niños tienen, además, una alameda particular, antiguo jardín palaciego. Nunca dejó de funcionar como colegio, pero hoy, concentradas las clases en un aula, se comparten otras salas del magno inmueble con el Concello, para determinados actos. Destacan las obras de teatro. En todo, colaboran estrechamente con la escuela de Dacón.

Compiten, explica Pura, con colegios que tengan transporte escolar y comedor. En Punxín, no hay. Los padres llevan y traen a sus hijos. Este año, dos veces al día, pero hasta ahora eran cuatro, por la jornada partida. «Son pais aos que lles gusta esta ensinanza, individualizada», concluye. Pese a ello, el fantasma de quedarse un día con menos de 5 alumnos también los acecha: «A baixada de nenos no medio rural é impresionante». Punxín y su entorno se ven afectados, pero, de momento, resisten.