Galicia perdió en solo cinco años 122 escuelas unitarias

Patricia Blanco
patricia blanco REDACCIÓN / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Quedan 65, además de las que se agruparon para sobrevivir

24 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Están en la cuerda floja, entre un lado y el otro de la fina línea que separa el seguir o el cerrar sus puertas. Y solo hay un criterio que decida hacia dónde va la balanza: el número de niños. «Sempre por teren menos de 5 alumnos e sen previsión de que a matrícula vaia aumentar», explican desde la Consellería de Educación, en los últimos cinco años han desaparecido 122 escuelas unitarias del rural gallego. Quedan a día de hoy, según los datos de Educación, 65 centros de estas características, la mayoría de ellos en las provincias de A Coruña y Pontevedra y una mínima parte en las de Ourense y Lugo. A esos habría que sumar las 168 escuelas integradas actualmente en los llamados colegios rurales agrupados (CRA), evolución de las pequeñas aulas aisladas.

La desaparición de esos centros unitarios se asocia a la despoblación y el envejecimiento del medio rural. No obstante, sigue habiendo defensores de este modelo de educación: «Les aporta [a niñas y niños] una mayor competencia social y comunicativa, lo cual incide en una sensibilización y apertura social en plano igualitario», opina Rita Radl Philipp, profesora de Socioloxía da Educación en la Universidade de Santiago.

Así pues, los CRA se han ideado como vía de salida: a día de hoy existen 28 en Galicia, englobando a 2.733 alumnos (2.391 en infantil y 342 en primaria) en 168 antiguas unitarias. «O colexio rural agrupado permite superar o illamento e ao mesmo tempo optimizar e dinamizar os recursos materiais, persoais e comunitarios dos que dispoñen», explican desde Educación. Eso significa que los niños siguen acudiendo a sus pequeñas escuelas rurales de antes, pero que el conjunto de los distintos centros, una vez congregados, conforman a nivel estructural algo similar a un colegio, adoptando otro título. Por tanto, el CRA posibilita mantener el modelo de la escuela rural. Para Rita Radl, «el único que mantiene un contacto directo con el ámbito vital de las personas y que apuesta por una educación integral».