Guillerme Vázquez entra en campaña y reparte octavillas

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

En su análisis sobre la crisis y las reformas impulsadas dispara hacia sus oponentes políticos, a los que acusa de acometer cambios que condenan a los eslabones más desfavorecidos de la sociedad

22 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Desprovisto del protagonismo público que ofrece el Parlamento, Guillerme Vázquez, portavoz nacional del BNG, se ha lanzado a la calle para hacer campaña a pecho descubierto mucho antes de que suene la bocina. Y como hacían antes los obreros a las puertas de las fábricas, ayer repartió octavillas para informar a la ciudadanía sobre la conveniencia de secundar el paro convocado por la CIG el día 27; lo hizo en una céntrica plaza compostelana, acompañado por Rubén Cela, ex director xeral de Xuventude y candidato del Bloque en Santiago.

En su análisis sobre la crisis y las reformas impulsadas, el líder nacionalista dispara hacia sus oponentes políticos, a los que acusa de acometer cambios que condenan a los eslabones más desfavorecidos de la sociedad. Una responsabilidad que atribuye a Zapatero en Madrid y a Feijoo en Galicia. La convocatoria de huelga le ha servido al portavoz nacional para recordar que las elecciones municipales son una oportunidad para invertir el modelo desde los concellos. Guillerme Vázquez, inmerso en una frenética agenda cada vez más cargada de actos, volvió ayer a la carga sobre el asunto de las lenguas. «Non lle oín ao presidente de Valencia queixarse polo uso da súa lingua no Senado», ironizó.