Destrozan varios nichos en A Pobra durante la noche

Laura López RIBEIRA/LA VOZ.

GALICIA

Un vecino de la localidad, con antecedentes, ha sido denunciado por alteración del orden público.

13 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando cerca de la medianoche del sábado los vecinos de San Isidro Posmarcos, en el ayuntamiento coruñés de A Pobra do Caramiñal, oyeron tocar las campanas de la iglesia, se quedaron atónitos. No se podían imaginar que la persona que hacía uso del campanario a horas intempestivas era la misma que, supuestamente, había destrozado los cristales de varios nichos del cementerio.

«Chamáronme uns veciños e dixéronme que andaban a tocar as campás, e que vían un ou dos homes a berrar polo cemiterio adiante correndo tras dun can, así que chamei á policía». Así lo explicaba ayer Marcelino Sánchez, el párroco de la localidad. El panorama con el que se encontraron los agentes de la Policía Local de A Pobra por la noche no podía ser más surrealista. Un vecino de la zona estaba tocando las campanas en compañía de un perro dóberman alemán. A su alrededor, en el camposanto, se advertían algunos de los destrozos.

Lo primero que hicieron los agentes pobrenses fue identificar al hombre, un vecino de la localidad, O. S. R., con antecedentes, que supuestamente recibió de malos modos a los policías. Esta persona fue denunciada por alteración del orden público y también por llevar un perro de raza peligrosa sin portar bozal y sin tener ningún tipo de licencia.

Ayer tocaba valorar daños. Al menos cuatro nichos tenían los cristales rotos y la lápida de una tumba estaba tirada en el suelo hecha añicos.

Además, una furgoneta de propiedad municipal, que estaba aparcada en las inmediaciones, amaneció también con los cristales rotos.

Denuncias

Una vez que se cursen las correspondientes denuncias, al citado individuo podrían imputársele daños. Es por ello que las autoridades piden a los dueños de los nichos que denuncien los hechos. Por el momento, el hombre permanece en libertad.

Esta no es la primera vez que el cementerio de Posmarcos es el blanco de los vándalos. Marcelino Sánchez explica que hace unos meses, cuando se hizo la ampliación del camposanto, ya habían cortado la manguera del agua y destrozado los baños: «Puxemos uns servicios no cemiterio e entraron dentro e prendéronlles lume», recuerda apenado.