A mediados del pasado octubre eran detenidos y puestos a disposición judicial Dionisio Lago Benavides y cuatro de sus colaboradores, entre ellos, un tío suyo. Los cinco están imputados por los cuatro kilos que le cogieron en mayo al filipino y por los 50 que aparecieron en Varsovia. Tres de los detenidos están presos y los otros dos en libertad con cargos.
En una segunda declaración en la cárcel de Monterroso, el Dioni relató, que quien le había facilitado los contactos en el interior del puerto fue un tal Conde, -el ex jefe del destacamento fiscal de la Guardia Civil en el puerto, que fue detenido el año pasado tras la confiscación de un alijo de más de 800 kilos, fallecido recientemente en prisión de un infarto-. Explicó igualmente que su misión se limitaba a recoger la droga y depositarla en un coche que el destinatario de la misma dejaba con las llaves dentro, en un lugar previamente convenido.
Reconocimiento fotográfico
En las fotografías que le mostraron reconoció como propietario de la mercancía a Paco el Sordo , un ourensano de Fumaces (Verín) que llevaba en paradero desconocido desde el año 1995, cuando cayó su organización en Cambrils (Tarragona) con 320 kilos de cocaína. Detenido de nuevo a mediados del pasado año tras la captura de otro alijo de 810 kilos que llegó a Marín y puesto a disposición de la Audiencia Nacional, quedó en libertad y, obviamente, volvió a fugarse.
Paco el Sordo, según fuentes conocedoras de la investigación, viaja con frecuencia a Ecuador y desde allí prepara personalmente los envíos de droga en palés marcados, lo que facilita a sus contactos en el puerto de Marín la identificación del envío.