La joven de Noia contó que su hijo había muerto en un accidente

M. Hermida / J. Romero RIBEIRA/LA VOZ.

GALICIA

El grupo de homicidios de Mallorca descartó ayer la participación de otras personas en el infanticidio

03 dic 2010 . Actualizado a las 09:13 h.

Con Mónica Juanatey, la mujer de Noia que confesó haber matado a su hijo, se cumple al 100% eso de que nada es lo que parece. Y no solo porque nadie de su entorno la creyese capaz de haber asesinado a un crío y ocultado su cuerpo en una maleta. La muchacha, que se fue un día de Noia para estar al lado de un amor al que conoció por Internet, fue tejiendo en Menorca una telaraña de mentiras que, sorprendentemente, logró mantener hasta que fue detenida. Por un lado, a su actual pareja jamás le dijo que tenía un hijo. Pero, por el otro, en su trabajo no tuvo problemas en contarles a sus compañeros que sí había sido madre, pero que su pequeño había muerto en un accidente de tráfico en Noia.

Mónica tuvo distintos empleos en el territorio isleño. Trabajó en una panadería, en el aeropuerto... Casi siempre como limpiadora. Sus compañeros del aeropuerto la recordaban ayer como una persona de lo más normal, muy introvertida, que daba los buenos días y «no sacaba otra conversación». Aún así, forjó amistad con alguna persona, con la que llegó a ir a cenar. A esta gente nunca le habló de hijos. Sí de su novio, que, como cualquier pareja, a veces la venía a buscar al trabajo.

La cosa cambió un poco cuando empezó a trabajar en un concesionario, donde el trato con los compañeros también era mínimo pero a los que sí les habló de que era madre. Aunque ella solo iba al establecimiento a limpiar nueve horas a la semana, cuando lo hacía tomaba café con sus compañeros. En uno de esos momentos, alguien le preguntó si, a sus treinta años, no tenía pensado ser madre. Dicen que ella contó que había tenido un niño, pero que había muerto en un accidente en Noia. La confesión la hizo hace unos meses, cuando su crío ya había sido asesinado y estaba oculto en la maleta.

La compañera a la que se lo confesó se quedó de piedra. Le dijo al resto del personal que era mejor, en los cafés, no hablar de los niños para evitar que Mónica se sintiese mal. Así lo hicieron. Nadie le volvió a preguntar por el asunto. Y muchos achacaron su carácter introvertido a esa pena que debía llevar dentro. De todas formas, nadie la vio llorando jamás. «Era normal. Ni lloraba ni nada, nos daba pena por lo que había dicho», decía ayer un compañero del concesionario. «Es que nunca le notamos nada, nos engañó», explicaba otro, que comentaba que la mujer llevaba más de un año trabajando ahí.

Investigación

Y, mientas sus compañeros de trabajo siguen sin hacerse a la idea de que «una chica tan normal» cometiese semejante crimen, la investigación sigue avanzando. Fuentes del Grupo de Homicidios de Mallorca confirmaron ayer que Juanatey no tuvo colaboración en el crimen. Aseguraron también que fue esta noiesa la que presuntamente pilotó durante siete kilómetros el coche en el que transportó -posiblemente el 10 de julio del 2008- la maleta con el cuerpo muerto de su hijo tras ahogarlo en la bañera de su casa. Esta teoría, la de que ella conducía el coche, despeja las dudas de muchos vecinos de Noia. Los noieses se preguntaban cómo había podido trasladar el cadáver si cuando estaba en Galicia no tenía carné. Sin embargo, sus compañeros del concesionario dicen que en la isla sí conducía. De hecho, iba todos los días a trabajar al volante de un turismo.