El PSdeG y el Bloque acusan al Ejecutivo de modificar «pola porta de atrás» normativas autonómicas de calado
24 nov 2010 . Actualizado a las 11:13 h.Tras un debate político a cara de perro, en el que los diputados se enredaron más en las formas jurídicas que en el fondo, el Parlamento gallego inició ayer la tramitación de la llamada Lei de Acompañamento dos Presupostos, un instrumento que no se utilizaba en Galicia desde el fraguismo y que permitirá al Gobierno de Feijoo modificar 24 leyes de una tacada, algunas de la importancia de la Lei do Solo, la de Función Pública o la de prevención de incendios forestales. PSOE y BNG reprocharon que lo que hacía la Xunta es colar cambios normativos «pola porta de atrás», si bien los populares se bastaron solos para impulsar esta ley remolque que juzgan «axeitada» para actuar más rápido ante la crisis.
La conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, se encargó de subir a la tribuna del pleno de la Cámara para recordar que fue el Gobierno central, en 1994, el creador de una ley que aglutinaba todos los cambios normativos que emanaban de los presupuestos. José Antonio Orza, conselleiro de Economía con Fraga, la implantó en Galicia en 1998 y ya no abandonó hasta el 2004.
«É unha norma ordinaria vinculada a outra de carácter especial, que son os Orzamentos», se justificó Currás, quien remarcó que en la actual situación de incertidumbre económica «resulta necesario recuperala», por entender que se trata de un instrumento jurídico «axeitado» para desarrollar las políticas del Ejecutivo y marcar objetivos plurianuales.
Un «enxendro» normativo
Los grupos de la oposición recibieron la iniciativa con una fuerte hostilidad, no en vano la socialista María José Caride la calificó de «enxendro normativo» dirigido a reducir la visibilidad pública de las reformas, mientras el nacionalista Fernando Blanco la tachó de «lei antidemocrática, lei trampa e lei fraude».
Efectivamente, la principal diferencia entre tramitar una reforma de la Lei do Solo por separado, como se hizo en el mes de febrero, o mezclada con otras 23 reformas legales, como se hace ahora, es que se reduce de forma sustancial su visibilidad, pues el Parlamento le dedica a ambos procesos el mismo tiempo de tramitación.
Cuestión aparte es si recurrir a la Lei de Acompañamento es o no legal. Tanto Caride como Blanco aludieron a una supuesta ilegalidad, citando incluso jurisprudencia del Tribunal Constitucional en la que este resuelve que esta técnica jurídica no aporta «garantías». Pero el viceportavoz del PPdeG, Pedro Puy Fraga, argumentó que fue la propia asesoría jurídica de la Xunta la que recomendó tramitar por esta vía las medidas complementarias a los Presupostos.
Caride empleó un tono grueso para alertar que se trataba de un mecanismo que aumenta «a inseguridade xurídica». Y añadió: «É un totum revolutum, mestura churras con merinas e é unha tomadura de pelo a esta Cámara». Blanco apuntó en la misma dirección: «Non se atreven a facer iso polo trámite ordinario», reprobó al Gobierno.