Un juez emplaza a la dueña de una casa en la costa de Sanxenxo a que la derribe

Nino Soto SANXENXO/LA VOZ.

GALICIA

La piqueta estaba en marcha para demoler la vivienda ilegal cercana a la playa cuando se conoció la resolución.

04 nov 2010 . Actualizado a las 12:07 h.

Un juez de Pontevedra aplazó ayer in extremis la demolición de una vivienda ilegal ubicada en la costa de Sanxenxo, a pie de la playa de Pragueira. El juzgado emplazó a la propietaria de la casa a que sea ella misma la que se encargue de derribar el inmueble.

La dueña reconoció que su vivienda era ilegal, «al igual que otras muchas de esta misma zona». La situación fue tensa, hasta tal punto que la piqueta estaba con los motores en marcha y lista para derribar la casa, una estructura de madera de 100 metros cuadrados. «No voy a dejar que me tiren mi casa, y si lo hacen será conmigo dentro», afirmó la dueña de la propiedad, María José Barreiro. «Sé que estoy fuera de la ley -agregó entre lágrimas-, pero no estoy sola».

La Xunta denunció de oficio la vivienda en febrero del 2006, según explicaron fuentes de la Consellería de Medio Ambiente, responsable de la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU) de la Xunta. Y el pasado mes de febrero, el Juzgado Contencioso-Administrativo número 3 de Pontevedra dictó una sentencia autorizando el derribo. En mayo se comprobó el estado de la vivienda y sus dimensiones, y posteriormente se fijó para ayer la fecha de demolición.

La vivienda está situada en un enclave paisajístico envidiable, a pocos metros de hasta tres playas de bandera azul (Pragueira, Major y la nudista Bascuas); con vistas a la isla de Ons, y no muy lejos de A Lanzada. También está próxima a la carretera PO-308, vial que une la ciudad de Pontevedra con Sanxenxo por la costa.

Los funcionarios de la APLU llegaron a la residencia de María José Barreiro minutos antes de las once de la mañana, y le informaron de que tenían una orden judicial para proceder a la demolición de la estructura de madera. Ahí empezó el drama.

La propietaria solicitó unos días para descomponer la casa y evitar la piqueta, pero un técnico de la APLU le recordó que ya la habían advertido en febrero del derribo. «Nosotros tenemos una orden inmediata para demoler la casa», indicaron los representantes de la agencia. «Tuvo tiempo desde febrero para desmontar usted misma la casa, ahora debemos derribarla, sino el que prevarica aquí soy yo», precisó el funcionario.

María José Barreiro amenazó con no desalojar el hogar y se encerró en uno de los armarios de la casa. Mientras tanto, su familia ganó unas horas de tiempo para recoger los enseres. Sin embargo, durante ese período de tiempo se conoció la noticia de que un juez había aplazado la demolición. Antes de trascender la decisión judicial, la afectada ingirió, como ella misma confesó, varios medicamentos.

Ante esta situación, los familiares llamaron al 061, que 20 minutos más tarde se desplazaron hasta la vivienda y examinaron a la mujer, cuya vida, al parecer, no corría riesgo. Ambas partes están citadas para el lunes para determinar la forma en la que se resolverá la situación. «Mi casa la estoy desmontando. Yo la tiro», dijo anoche Barreiro.

El caso de ayer sirve de aviso a sus vecinos. Técnicos de la APLU apuntaron que otras viviendas del entorno también tienen expedientes judiciales abiertos.