Una gran escultura conmemora el bicentenario de Vigo como ciudad

María Jesús Fuente Decimavilla
María Jesús Fuente VIGO/LA VOZ.

GALICIA

La pieza realizada en acero por Silverio Rivas, y colocada frente al Concello, simboliza el olivo de su escudo

28 oct 2010 . Actualizado a las 03:03 h.

Escolares de una parroquia viguesa descubrieron ayer la obra de Silverio Rivas que dejará constancia de los dos siglos de Vigo como ciudad. Situada en una nueva rotonda frente al Concello, la escultura, de casi siete metros de alto, representa un olivo en acero inoxidable como elogio de la luminosidad de la ría. Con ella simboliza el esfuerzo colectivo de la ciudadanía en la configuración de Vigo, según explicó el propio autor. Las ramas incorporan el nombre de cada una de las veintitrés parroquias que integran el término municipal, buscando el efecto del árbol durante su floración, delicada y sutil.

El encargo del alcalde a su paisano ponteareano consistía en hacer una interpretación libre de la heráldica de Vigo para celebrar el bicentenario de la obtención del título de ciudad, de ahí el olivo y la torre. Con esas premisas Silverio Rivas se puso manos a la obra y elaboró una serie de maquetas hasta llegar a la más musical y poética, tal como él mismo la definió. Para el artista, una escultura debe integrar y no fragmentar el espacio, «y el árbol se presta maravillosamente para ese objetivo».

En opinión del alcalde, la escultura representa más que nada «lo que somos, dónde estamos y adónde queremos ir».

Programa

Los actos se completaron con la distinción a diez entidades de la ciudad por el papel desempeñado en su conformación. A todas ellas les fue entregada una réplica en miniatura de la obra de Rivas. Fue en el auditorio municipal, que no llegó a poner el cartel de completo, pese a la asistencia de alumnos del colegio Castelao y de trabajadores de la concejalía de vías y obras, así como de la de personal, entre otros. Una de las alumnas del citado centro educativo, Sheila Vázquez, se encargó de presentar el acto. Los funcionarios fueron invitados a abandonar su trabajo una hora antes de lo habitual con motivo de la celebración.

Las primeras filas del auditorio se destinaron a homenajeados y a la corporación municipal, con excepción del edil Pablo Beiro, quien tuvo que permanecer en la mitad de la sala ante la imposibilidad de acceder con la silla de ruedas. Y eso que el auditorio ha pasado por una reforma integral recientemente.

Otro de los detalles que llamó la atención fue el hecho de que Caballero fuera el encargado de entregar las diez distinciones, incluso a su contrincante en las próximas elecciones municipales, la popular Corina Porro, quien acudió vestida con los colores de la bandera de Vigo.

Ni el teniente de alcalde, del BNG, Santiago Domínguez, ni el jefe de la oposición del PP, José Manuel Figueroa, fueron invitados a participar en el reparto de galardones.