El caso de Benidorm despeja el camino a los tránsfugas en las listas del PP gallego

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO/LA VOZ.

GALICIA

Nidia Arévalo y Santiso Miramontes están ahora más cerca de ser candidatos populares en Mos y Abegondo

26 oct 2010 . Actualizado a las 03:31 h.

Nueve días ha tardado en saltar por los aires el último acuerdo unánime del Parlamento gallego mediante el cual los tres grandes partidos se comprometían, a instancias del PSdeG, a no fichar en sus candidaturas ni a concejales tránsfugas ni tampoco a los beneficiarios de sus acciones. El aval que la dirección federal del PSOE le dio el pasado sábado al tránsfuga Agustín Navarro para que sea su cartel electoral en Benidorm (Alicante) fue el detonante de la ruptura del Pacto Antitransfuguismo y le ha dado al PP gallego la coartada para sentirse «liberado» de este compromiso y poder así promover en sus listas a candidatos implicados en mociones de censura.

La dirección del PPdeG no adoptó formalmente decisión alguna sobre el fichaje de tránsfugas, pero el discurso que ha ido construyendo en las últimas semanas apunta a que sí optará por patrocinar con sus siglas a algún candidato de estas características, especialmente en la provincia de Pontevedra, donde se juega la posibilidad de revalidar el mando en la Diputación.

El presidente de la Xunta, Núñez Feijoo, ya dejó claro en su día que el PP observaría con lupa el desenlace de Benidorm. El portavoz del partido, Rodríguez Miranda, abundó más tarde en que el PSOE había iniciado en la ciudad alicantina «o camiño para romper o Pacto Antitransfuguismo», y el secretario general del PP gallego, Alfonso Rueda, no perdió el tiempo para certificar la defunción del mismo al conocer que el respaldo dado por el comité federal socialista a Agustín Navarro. «O pacto está rebentado. O PSOE decidiu facelo saltar polos aires e demostra que facer pactos con el é facelo con alguén que non é de fiar», remarcó gráficamente.

Mos y Abegondo

Así las cosas, los populares gallegos tienen el camino despejado para replicar desde Galicia a la toma del tradicional feudo zaplanista a través de una moción de censura. Y la localidad pontevedresa de Mos y la coruñesa de Abegondo son las que están mejor situadas a priori, según fuentes consultadas en la dirección del PPdeG, para que este partido escenifique su desmarque del Pacto Antitransfuguismo.

En el mandato municipal que arrancó en mayo del 2007, en Galicia se registraron doce mociones de censura (Silleda, Mos, Gondomar, O Porriño, A Pobra de Trives, Calvos de Randín, A Veiga, Folgoso do Courel, Láncara, Abegondo y Porto do Son). La de Calvos no pudo aún celebrarse, mientras que en la de O Son -que fue una traslación tardía del pacto de PSdeG y BNG-, O Porriño, Láncara y Abegondo difícilmente puede hablarse de transfuguismo.

En cambio, el ejemplo paradigmático de todo lo que reprueba el Pacto Antitransfuguismo es el de Mos, donde un concejal del PSdeG abandonó su grupo para convertir en alcaldesa a una ex edila del PP, la ahora regidora Nidia Arévalo, que tras lo ocurrido en Benidorm y la ruptura del pacto tiene el camino expedito para que el presidente provincial del PP, Rafael Louzán, la patrocine como candidata para blindar así unos votos que pueden ser determinantes para su reelección en la Diputación.

También es de libro lo ocurrido en Silleda, donde ediles tránsfugas del PSOE derribaron, en el apoyo de concejales tránsfugas del PP, a la ex alcaldesa Paula Fernández, sustituida ahora por la que en el 2007 fuera su compañera de candidatura: Ofelia Rey.

No obstante, los populares no respaldarán como candidata en Silleda a la alcaldesa ex socialista, sino que apostarán por un perfil de renovación, lo mismo que tienen previsto en Gondomar, municipio donde la moción de censura se ha visto aderezada más si cabe por el procesamiento de varios concejales implicados en un caso de presunta corrupción urbanística.

En cuando a Abegondo, tampoco puede hablarse de transfuguismo propiamente dicho. El ex conselleiro de Agricultura Santiso Miramontes accedió a la alcaldía mediante el pacto con un edil del PSdeG, que acabó desautorizando la dirección regional de O Pino hasta el punto de expulsarlo del partido. Por esa razón, el presidente provincial del PP, Carlos Negreira, tiene las manos más libres para avalar nuevamente a Santiso, pues lo contrario supondría renunciar de antemano a una alcaldía.

El PP lucense no decidió qué hará con Láncara y Folgoso, si bien todo indica que Benidorm facilita que pueda apostar por los actuales alcaldes elegidos tras mociones de censura.