Cementerio de colores en Dumbría

Santiago Garrido Rial
S. Garrido CARBALLO/LA VOZ.

PONTEVEDRA CIUDAD

Cada lápida tiene un color distinto y los postes de los pasillos centrales imitarán los árboles, con cubiertas que se moverán al viento de manera independiente

20 oct 2010 . Actualizado a las 03:01 h.

El cementerio de Dumbría se convertirá en el primer camposanto neoplasticista de Galicia. Este es el nombre del estilo creado a principios del siglo pasado por el pintor holandés Piet Mondrian, célebre por sus cuadros plagados de líneas cruzadas horizontales y verticales, con vivos colores en cada segmento. Así son los nichos dumbrieses: cada uno de un color, rodeado por otros siempre de tonalidades distintas. Las obras aún no están acabadas, pero ya llaman tanto la atención que de vez en cuando llegan visitantes para comprobar que lo que ven es real.

La arquitecta es Rosana Pichel Pichel, la misma que diseñó el cercano albergue de peregrinos, también de formas llamativas, o una moderna área recreativa al lado del embalse de Fervenza con miradores de pájaros que, además de las aves, llama cada fin de semana a decenas de curiosos, y también participó en uno de los centros culturales de este municipio rural que está apostando por la vanguardia en sus obras públicas.

«Algo de inspiración en la obra de Piet sí que hubo, pero no totalmente», reconoce la arquitecta, que tiene su estudio en Poio (Pontevedra). Asegura que los colores son un elemento que distingue y diferencia a la necrópolis, pero no es su única característica llamativa: «El pasillo central lleva unos techos con cubiertas diferentes, cada una con su inclinación y sustentadas en unos postes, para que parezcan árboles. Cuando haga viento se moverán un poco, y cada una a su ritmo», explica. Será como una prolongación de los pinares, muy cercanos al cementerio, y que rodean la parroquia. Las ramas de policarbonato no serán tan multicolores, sino que optarán por un tono claro y translúcido.

¿No será demasiado atrevido, para un lugar tan serio y a menudo tan triste, tanto color? «No -responde la arquitecta-, Dumbría es un pueblo revolucionario». Cree que el ojo se va acostumbrando a las piezas muy modernas en los ámbitos rurales. Además, «que una lápida sea morada o roja no va a influir en el cementerio», subraya. En todo caso, sí influirá en la manera de verlo, ya que se multiplicará en los atardeceres, algo que ya está ocurriendo estos días. «Es en ese momento cuando los rayos de sol baten en las lápidas y el color se refleja en los montantes de piedra verticales, y la piedra adquiere una forma preciosa», explica la técnica, quien solo tiene palabras de agradecimiento para el alcalde, el socialista José Manuel Pequeño, «un mecenas que abre los ojos y que confía en la gente». Y que arriesga, elogia, «porque tal vez otro no lo haría».

El aludido, Pequeño, que lleva casi 28 años como regidor, señala que el cementerio lleva impreso lo que él llama «o toque Dumbría, no que a cultura é moi importante». Tanto que la empresa que se encarga de las obra es la misma que construye el centro de interpretación del dolmen de Dombate: «Nun sitio están cun túmulo funerario milenario, e noutro, con nichos do máis contemporáneo».