Los ecosistemas forestales dañados por los incendios pueden tardar hasta 30 años en recuperarse

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO/ LA VOZ.

GALICIA

Los expertos destacan la necesidad de instaurar medidas de protección precoces, antes de que las lluvias erosionen el suelo, como vía para lograr minimizar los daños.

07 oct 2010 . Actualizado a las 02:47 h.

La recurrencia de los incendios forestales, que cada verano arrasan miles de hectáreas, está generando daños de incalculable valor económico y ecológico. Expertos internacionales y nacionales, reunidos en Santiago por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Xunta y las Universidades de Vigo y Santiago, han alertado de que la recuperación de algunos ecosistemas forestales puede llegar a durar hasta 30 años, dependiendo de la intensidad del fuego y, sobre todo, de la erosión que haya habido en el suelo por las lluvias.

«En condiciones más favorables, sin lluvias, con menos pendiente en el monte, la restauración del ecosistema, es decir, suelo y planta, puede durar entre uno y cinco años; pero muchas veces este no es el escenario; la alta intensidad del incendio, el daño en las copas de los árboles y las condiciones climáticas posteriores al fuego hacen que la restauración de algunas zonas lleve hasta tres décadas o, en el peor de los casos, sea imposible al producirse daños irreversibles», detalla Montserrat Díaz Raviña, coordinadora de las jornadas e integrante del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia.

Los expertos reunidos ayer en Santiago destacaron la necesidad de instaurar medidas de protección precoces, antes de que las lluvias erosionen el suelo, como vía para lograr minimizar los daños. Esto es, en gran medida, lo que ha hecho Medio Rural en las zonas de monte dañadas en el incendio de Boiro. Entre las iniciativas de protección sugeridas por biólogos y expertos forestales, destaca la implantación de semillas en las zonas incendiadas, la colocación de paja -como un sistema de acolchado- y la creación de barreras físicas con obstáculos (troncos) para evitar el arrastre de cenizas y material que pueda dañar bancos marisqueros, tal y como ya ocurrió tras la devastadora ola de incendios del 2006. «Debemos tener en cuenta que los incendios son recurrentes y muchas zonas que se vieron afectadas hace años vuelven a estarlo ahora», recuerda Montserrat Díaz.

Los expertos consideran que la pronta recuperación de los ecosistemas pasa por un trabajo precoz en los suelos afectados por el fuego, lo que obligará a repensar un modelo de presupuesto público que pivota sobre la prevención y la extinción y que deberá prestar una atención creciente a las medidas de protección inmediata.