Ochenta años de justicia en Galicia al descubierto

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA/LA VOZ.

GALICIA

Exposición en el Tribunal Superior con material de los casos judiciales más famosos

05 oct 2010 . Actualizado a las 13:52 h.

Bajo el título La huella de la justicia, la sede del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) reúne estos días una colección de documentos y objetos con los que se pretende resumir los 80 años de historia del edificio en el que actualmente tiene la sede el alto tribunal gallego. Inaugurado en 1930 como Audiencia Territorial, pasó a su uso actual en 1989. Además, entre los años 1936 y 1956 acogió el Archivo del Reino de Galicia.

Por este motivo, el de haber sido sede de los fondos de la Real Audiencia a través del archivo, la muestra del TSXG recoge material original de algunos de los casos más famosos de la Justicia gallega. Destaca, de manera especial, el de Manuel Blanco Romasanta, conocido como el lobishome de Allariz. Los visitantes podrán ver los documentos de la causa abierta contra él y cómo en ellos ha quedado reflejado que, durante el proceso, se dijo que Romasanta podría haber vendido el sebo que obtenía de sus víctimas en boticas próximas a Portugal, donde se utilizaba con fines terapéuticos.

Del hombre lobo a Fandiño

Otro de los personajes conocidos recogido en la muestra es el escritor y periodista Antonio Benito Fandiño Martínez, que acabó con sus huesos en la cárcel en numerosas ocasiones por sus constantes críticas al poder en el primer tercio del siglo XIX. En el TSXG se pueden ver, por ejemplo, algunos de los dibujos que hizo en la cárcel. Entre otros, están las caricaturas efectuadas al general Villacampa.

También hay sitio en la exposición para la muerte del marqués de Valladares, con un memorial de la causa de 1764, o una curiosa carta de amor fechada en 1807 que un padre mostraba como prueba del incumplimiento del contrato de matrimonio de su hija.

Recreación de una sala

En La huella de la justicia también se reproduce un tribunal de la época en la que empezó a funcionar la Audiencia Territorial para dar una atmósfera acorde con el tono histórico de la muestra. Tal y como recordó en la presentación el decano del Colegio de Abogados de A Coruña, Antonio Platas Tasende, con esa mirada es fácil darse cuenta de que «el mayor adelanto que ha tenido nuestra profesión fue la aparición de la fotocopiadora». Así, entre los documentos expuestos se puede apreciar la minuciosa labor de los copistas que, a falta de ordenadores, reproducían de su puño y letra folios y folios.

También queda de manifiesto la importancia de los dibujantes, imprescindibles para los planos de lindes en conflictos de propiedades o la reproducción de algunas armas. Ya de la era fotográfica, quedan documentadas las transformaciones que ha sufrido el edificio desde entonces.