Galicia, comunidad sin ley para colocar badenes de tráfico

Laura de la Torre / Óscar Veloso REDACCIÓN/LA VOZ.

GALICIA

La falta de una norma clara y la variedad de resaltes pueden dar lugar a reclamaciones

20 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Cuántos conductores han visto en peligro la integridad de su vehículo al tener que frenar repentinamente ante un badén? Una realidad originada por la ausencia de una normativa clara y uniforme, aún hoy en día, que llevó a los concellos a erigir a su antojo este tipo de dispositivos en sus travesías a lo largo del territorio gallego. Altos, bajos, cuadrados, rectangulares, curvados... Los hay de todos los tipos y colores.

Según Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), el Reglamento General de Circulación del 2006, en su artículo 5, intentaba poner remedio a esta situación. «No se considerarán obstáculos en la calzada los resaltos en los pasos para peatones y bandas transversales, siempre que cumplan la regulación básica establecida al efecto por el Ministerio de Fomento[...]», reza el artículo.

Pero Fomento no se pronunció hasta el año 2008. El 29 de octubre de ese año, se publicaba en el Boletín Oficial del Estad o ( BOE ) la aprobación de la «Instrucción técnica para la instalación de reductores de velocidad y bandas transversales de alerta en carreteras de la Red de Carreteras del Estado» . En ella se distinguen dos tipos fundamentales de dispositivos: los pasos peatonales sobreelevados y los reductores lomo de asno. Los primeros no podrían superar los 10 centímetros de altura, la zona elevada tendría una longitud de cuatro metros, y contaría con rampas de acceso de más de un metro. Para los segundos, la orden dispone que tendrían una altura de seis centímetros y una longitud de cuatro metros.

Sin embargo, esta normativa no supuso un cambio trascendental. Un portavoz de Fomento asegura que «esta disposición del 2008 afecta a la red de carreteras del Estado -solo de titularidad estatal-, aunque los ayuntamientos, en su defecto, pueden asumirla también como propia».

No obstante, el desconocimiento sobre la materia es tal que muchos concellos gallegos ignoran esta orden ministerial y tampoco siguen normativa alguna. De ahí que las dimensiones de los reductores de velocidad sean tan variopintos y dispares. En algunos casos, las estructuras llegar a ser desproporcionadas, como ocurre en A Illa de Arousa. «Muchos ayuntamientos en vez de badenes crearon verdaderos obstáculos», explica el presidente de Automovilistas Europeos Asociados.

Disparidad en los concellos

¿Por qué normativa se rigen los siete grandes concellos de Galicia? Las respuestas dadas fueron totalmente dispares. En A Coruña, apuntaron que «en los barrios de Los Rosales y Matogrande, que son zonas de velocidad 30, las bandas reductoras son todas nuevas y cumplen la normativa».

Desde el consistorio pontevedrés, sin embargo, manifestaron que «o Concello empezou cunha normativa propia e logo adaptouse á de Fomento. Por iso, tivemos que cambiar algúns lombos na avenida de Buenos Aires porque tiñan moita pendente». La situación en Santiago es radicalmente opuesta. «Non existen badenes nin pasos sobreelevados que deban ser revisados ou modificados para adaptalos a esta normativa», apuntaron desde el concello compostelano.

El concejal de Seguridade e Tráfico de Ourense, Fernando Varela explicó, por otra parte, que «os redutores de velocidade construídos de asfalto seguen as medidas de Fomento e os de goma están homologados por Industria».

Desde el consistorio ferrolano, el concejal de Tráfico e Transporte Público, Gerardo López Castrillón, relata que «hace dos legislaturas hubo un accidente mortal en un paso de peatones y escarmentamos». López Castrillón apunta que la regulación de los badenes «hasta ahora era el limbo, por eso Ferrol se engancha a esta normativa de Fomento». En Vigo, manifestaron que «nos adaptamos a esa normativa». El único concello que, claramente, ha declarado no seguir esta disposición es el de Lugo. «Esa orde fai referencia a estradas, non a vías urbanas, que son a nosa competencia», han zanjado desde el consistorio lugués.

Retos de futuro

Muchos badenes, más que velar por la seguridad, son obstáculos en la calzada que pueden llegar a causar daños. Mario Arnaldo, de AEA, recuerda que «si un particular sufre desperfectos en su coche o lesiones tiene derecho a reclamar por la vía administrativa o penal». Desde Fomento apuntan que «los badenes de titularidad estatal son residuales porque la mayoría están en travesías urbanas». Por ello, son los concellos los que tienen en sus manos ofrecer una solución adecuada a esta problemática.