El Tribunal Superior ratifica el derribo de las torres Ifer, en el centro de Vigo

La Voz VIGO/LA VOZ.

VIGO CIUDAD

Rechaza la no ejecución de la sentencia pedida por el Concello tras haberlas incluido en el vigente Plan Xeral

06 sep 2010 . Actualizado a las 12:25 h.

Juanma Fuentes Tras el éxito de la legalización del edificio de Jacinto Benavente, el Concello vigués se ha llevado un varapalo con las torres Ifer, dos grandes edificios levantados en García Barbón, una de las principales arterias de la ciudad, y cuyas tres plantas inferiores acogen el Círculo de Empresarios de Galicia (el antiguo Club Financiero). En este caso, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) no considera suficiente que las torres hayan sido incluidas en el nuevo Plan Xeral con su actual configuración.

El auto dictado hace unos días por la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSXG desestima la pretensión municipal, aunque la decisión no es aún definitiva ya que cabe interponer un recurso de súplica. La decisión del Superior deja muy claros los motivos de un fallo que coloca a los dos inmuebles en una difícil situación tras década y media de pleitos judiciales.

La sentencia recuerda que el edificio construido supera en altura la que autorizaba el estudio de detalle de la zona y también el máximo previsto por el Plan Xeral anterior, vigente cuando se aprobó y ejecutó este proyecto. Una segunda causa de anulación fue la falta de la firma del secretario municipal en el estudio de detalle y, finalmente, que las torres solo podían construirse si en paralelo se tramitaba la urbanización del terreno de la vecina fábrica de A Metalúrxica, cuyo solar sigue vacío todavía ahora.

La solución que inicialmente intentó el Concello en 1997 fue la de modificar puntualmente el Plan Xeral para dejar sin efecto las alturas máximas en algunas zonas. En todo momento el tribunal señala que el edificio tiene 17 plantas y que el tope eran 16, cuando en realidad el inmueble alcanza las 24, un error que viene de atrás en las distintas sentencias del caso. Este cambio fue aceptado, pero el TSXG decidió seguir adelante con la ejecución de la sentencia hasta que se hubiera concedido nueva licencia por el Concello, lo que a estas alturas sigue pendiente.

Licencia imprescindible

Precisamente, esta es la diferencia fundamental con el edificio de Jacinto Benavente, legalizado al amparo del nuevo Plan Xeral en una decisión que el Superior ratificó hace dos meses, pero que previamente consiguió una nueva licencia. Los propietarios de Ifer no han gestionado el permiso en diez años, seguramente porque implica importantes cesiones y un elevado coste económico.

En el año 2002, el gobierno local solicitó la inejecutabilidad de la sentencia atendiendo al cambio introducido en el Plan Xeral. Sin embargo, en el fallo dictado días atrás, el TSXG recuerda al Concello que el fallo inicial «también anuló el proyecto de urbanización, el de compensación y la licencia de construcción», lo que sigue pendiente y, por tanto, la licencia.

Demolición

La sentencia inicial data de 1996, pero ya en enero de 1999 el TSXG rechazó un recurso del entonces alcalde contra su cumplimiento. Por si existía alguna duda sobre el alcance del fallo original, en los fundamentos jurídicos de 1999 dejaba claro para evitar dudas que «los edificios litigiosos carecen de licencia municipal, que ha sido anulada por sentencia firme, y que el cambio de planeamiento, por sí solo, no le otorga ni restituye; carencia cuya consecuencia necesaria es la demolición de aquellas, aunque la sentencia no lo mencionase explícitamente».

Y como advertencia ante recursos de súplica, como el que sin duda presentará ahora el Concello, se indicaba por escrito que «los recursos de súplica están condenados al fracaso: no es lo mismo declarar cumplida una sentencia que declararla inejecutable, y las consecuencias tampoco son las mismas».