La Xunta fija el trazado del Camino Francés tras 18 años de tramitación

M. Cheda SANTIAGO/LA VOZ.

GALICIA

Cultura desarrolla un esbozo de 1992 referido a la principal ruta jacobea como paso previo a la redacción de un plan especial que protegerá la senda del urbanismo feroz

25 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Sí, sí lo hay. Y no, no se hace al andar. Sino dibujándolo. Y en esas está la Xunta: pintando sobre el mapa por dónde exactamente discurre el Camino de Santiago dentro de Galicia en su variante francesa, la que utilizan siete de cada diez romeros para alcanzar el sepulcro del Apóstol. Esos deberes, los de cartografiar la gran autopista europea de las peregrinaciones, no se los pusieron anoche en la academia. Al contrario, viene arrastrándolos desde la época de Cobi y Curro.

Porque fue en noviembre de 1992, el día 12, cuando el Gobierno autónomo, entonces presidido por Manuel Fraga, esbozó un trazado transitorio para incluirlo en una resolución que concluía: «A delimitación aquí establecida permanecerá vixente mentres non se aprobe a definitiva». Casi 18 años después de aquello, la Consellería de Cultura por fin avanzó ayer un paso definitivo en la resolución de tamaña deuda histórica, al difundir a través del Diario Oficial de Galicia una propuesta firme de itinerario «fruto del consenso con todas las partes implicadas», matizó un portavoz.

Se abre ahora un período de papeleo burocrático que el departamento al cargo de Roberto Varela, persuadido de que se trae entre manos una «actuación prioritaria», pretende despachar por completo en tres meses y pico, de modo que el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijoo en pleno pueda dar al asunto luz verde antes de acabar el año. Así, con la traza ya perfectamente acotada en diciembre del 2010, la Administración se encontraría en disposición de redactar e impulsar a lo largo del 2011 un plan especial, que desde el ejercicio siguiente en adelante restringiría muy seriamente las operaciones urbanísticas promovidas a ambas márgenes de la vía.

Dos niveles de restricción

No en vano, se trata de preservar el primer itinerario cultural europeo, de acuerdo con una distinción que obtuvo en 1987, algo antes de recibir de la Unesco, en 1993, la consideración de patrimonio de la humanidad. Ese futuro documento normativo distinguirá entre dos clases de amparo, marcadas en los planos con sendas franjas en torno al trayecto principal: una más amplia, de entre 0,5 y 2 kilómetros, denominada ámbito de protección y otra llamada límite BIC (bien de interés cultural), la cual, emplazada siempre dentro de la anterior, combinará anchos variables con un promedio estimado en 200 metros. Mientras que en la primera la acción gubernamental se centrará en cuidados ambientales y paisajísticos, en la segunda las trabas a la construcción serán «máximas».

Explicado en términos técnicos, lo que la Xunta hizo ayer fue incoar un expediente de delimitación del Camino Francés entre Pedrafita do Cebreiro y la catedral compostelana (153 kilómetros distribuidos por 12 ayuntamientos), con la excepción de un pequeño tramo entre el lugar do Amenal y el límite del aeropuerto de Lavacolla, dentro del municipio de O Pino. Todo lo relativo a ese trozo permanece judicializado a instancias de unos particulares que litigan por lo contencioso-administrativo.

La flamante iniciativa, a la que «pronto» seguirán otras similares para el resto de rutas con final en Santiago, cuenta con el aval, otorgado el 20 de julio, del comité independiente que asesora a San Caetano en esta materia, así como con los apoyos de concellos, de diversas asociaciones vinculadas al fenómeno de las romerías y del Icomos, un organismo de prestigio internacional. Y recoge la esencia de un par de estudios que el bipartito había contratado en el 2007 por más de medio millón de euros. Estos constan de bibliografía, entrevistas a ancianos, análisis toponímicos, fotos aéreas, investigaciones catastrales...