La toma de posesión de un rector es una ceremonia grave, cargada de ritos solemnes y de apelaciones pomposas. El rector todavía recibe el título de magnífico y el presidente de la Xunta lo trata de vos: «Se así o facedes, que volo premien; e senón, que volo demanden», le dice, casi en tono de amenaza, después de que el mandatario académico haya prometido su cargo. Siglos de tradición universitaria se condensan en cada gesto y la ceremonia concluye con la comunidad universitaria entonando el Gaudeamus Igitur .
Pero la de Vigo es una universidad joven y se permite romper el protocolo. Así, ya en el final del acto el coro universitario decidió saltarse las normas. A modo de homenaje al rector saliente, Alberto Gago, el conjunto interpretó a cuatro voces un popurrí de canciones de Mary Poppins en gallego, que remató con la clásica Supercalifragilisticoexpialidoso , aquella que relata cómo se puede vencer aun en las situaciones más problemáticas. Y el ex rector magnífico de la Universidade de Vigo, un hombre siempre comedido, sonreía entre emocionado y asombrado.
Antes ya se había roto, en cierta manera, la ceremoniosidad del acto, cuando en lugar de citar a un eminente científico o a un reconocido poeta, Salustiano Mato citó a Barack Obama: «Podemos. Non un, senón todos»; y Feijoo le replicó parafraseando a Kennedy: «Hai que preguntarse que pode facer a sociedade galega pola súa universidade, e a universidade pola sociedade galega».