Detenidas una mujer y su hija en A Coruña por esclavizar y prostituir a siete personas

Alberto Mahía A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA CIUDAD

06 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La denuncia de una mujer embarazada que contó a la policía que estaba siendo obligada a ejercer la prostitución en un piso de A Coruña a pesar de su estado movilizó a la brigada de Extranjería, que inició una investigación que terminó con la detención de cinco personas. Son dos mujeres y tres hombres los que, supuestamente, tenían esclavizada a esa mujer y, según ella, a otras siete víctimas. Pero la denunciante se quedó sola. El resto de chicas, chicos y travestis que vivían y trabajaban en los cuatro pisos de «tapadillo» propiedad de la red negaron la mayor. Explicaron al juez que jamás fueron explotadas, que la puerta de los inmuebles, ubicados en A Coruña, Oleiros y Arteixo, en los que residían estaba abierta y tenían teléfono. También declararon que los propietarios de las viviendas solo eran eso, propietarios, que jamás las obligaron o forzaron a ejercer la prostitución, que su relación laboral se limitaba a pagar el alquiler de la habitación, entregándole a la dueña la mitad del dinero del servicio sexual a cambio del uso de la cama.

Ante estas afirmaciones, el titular del Juzgado de Instrucción número dos de A Coruña puso en libertad con cargos a los detenidos, que habían pasado tres días en los calabozos policiales y que alguno de ellos, defendido por el abogado Diego Reboredo, aportó todos los detalles de cómo se vivía y se ejercía la prostitución en esos pisos, donde el cliente entraba y le preguntaban por sus gustos, si lo que quería era una mujer, un hombre o un travesti.

Grandes beneficios

Según fuentes policiales, esta organización pudo haber ganado en los dos últimos años unos 180.000 euros, que irían a parar a manos de una mujer -la supuesta cabecilla de la red- llamada Lorena, a la que ayudaban su hija y tres hombres más.

Las investigaciones comenzaron hace unos meses, cuando la policía identificó a Lorena, la cerebro que gestionaba cuatro de estos pisos, dos en A Coruña, uno en Santa Cristina (Oleiros) y otro en Villarrodís (Arteixo). Con ella colaboraban su hija y un encargado por cada piso.

Durante los registros realizados en esos inmuebles fueron identificadas cuatro personas, de origen dominicano, brasileño, marroquí, cubano y cuatro españoles, entre ellas una mujer embarazada de cinco meses, un travestido y un transformista.

Según la denuncia de la mujer encinta, eran esclavizadas y obligadas a estar disponibles las veinticuatro horas del día, en unas condiciones mínimas de salubridad e higiene, pudiendo salir a la calle una hora al día. Estaban obligadas también a entregar a los encargados de los pisos la mitad de lo conseguido, debiendo abonar con el resto de los ingresos los gastos de alimentación, butano, material higiénico para ejercer su trabajo y, además, limpiar el piso.