Cinco detenidos en A Coruña, Arteixo y Oleiros por explotación sexual de mujeres

Efe

A CORUÑA CIUDAD

Las mujeres eran esclavizadas y obligadas a estar disponibles las 24 horas del día, en unas condiciones mínimas de salubridad e higiene.

05 jun 2010 . Actualizado a las 19:12 h.

Cinco personas, dos mujeres y tres hombres, han sido detenidos en el marco de la Operación Castillo por utilizar al menos durante dos años a mujeres extranjeras y nacionales como prostitutas en pisos de A Coruña, Arteixo y Oleiros.

La organización desarticulada, que conseguía unos ingresos ilícitos de 180.000 euros al año, estaba liderada por «Lorena», apodo de la cabecilla, quien contaba con la colaboración de su hija y de tres hombres para obligar a ocho víctimas a prostituirse en pisos donde estaban encerradas, informó la Jefatura Superior de Policía de Galicia en un comunicado.

Todas las actuaciones y los detenidos pasaron esta mañana a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de A Coruña.

La Unidad contra Redes de Inmigración Ilegal y Falsificación Documental (UCRIF) y el Grupo Operativo de Fronteras de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Comisaría Provincial de Policía de A Coruña logró desarticular, tras una ardua investigación, esta banda organizada que operaba en «pisos de tapadillo» distribuidos por A Coruña, Arteixo y Oleiros.

Las investigaciones comenzaron hace unos meses cuando se identificó a «Lorena», una mujer que gestionaba cuatro de estos pisos, dos en A Coruña, uno en Santa Cristina (Oleiros) y otro en Villarrodís (Arteixo).

Con ella colaboraban su hija y un encargado por cada piso, que ejercían el control directo sobre las mujeres.

En los registros en dichos pisos fueron identificadas ocho víctimas, de origen dominicano, brasileño, marroquí, cubano y cuatro españoles, entre ellas una mujer embarazada de cinco meses, un travestido y un transformista.

Las condiciones en las que vivían eran de explotación sexual y laboral, siendo esclavizadas y obligadas a estar disponibles las 24 horas del día, en unas condiciones mínimas de salubridad e higiene, pudiendo salir a la calle una hora al día, precisó la misma nota.

Estaban obligadas también a entregar a los encargados de los pisos la mitad de lo conseguido, debiendo abonar con el resto de los ingresos los gastos de alimentación, butano, material higiénico para ejercer su «trabajo» y, además, realizar las labores de limpieza de los pisos.

Se calcula que esta organización, que viene actuando desde al menos los dos últimos años, ha obtenido ilícitamente unos beneficios aproximados de 180.000 euros al año.