«Los jubilados pueden ofrecer un servicio estupendo»

María Cedrón REDACCIÓN/LA VOZ.

GALICIA

El responsable de Solidariedade Galega anima a que estas personas aprovechen todo su conocimiento para colaborar

10 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«Vivo junto al mar. Aquí ya tengo playa». Hace ya varios años que el anestesista del Complejo Hospitalario Universitario A Coruña Enrique Rodríguez reserva sus vacaciones para ir a operar al Tercer Mundo. Ha estado en el Sáhara, lugar al que, a sus 64 años, regresará esta semana para realizar algunas intervenciones en los campos de refugiados. También ha estado en Honduras, Perú y Nicaragua. No tiene pensado parar de viajar. Empezó porque un amigo lo convenció un día en Barcelona. Le explicó la labor que estaban realizando en el Sáhara y, al poco tiempo, también inició la labor. Viaja al menos dos veces al año para operar en algún lugar del Tercer Mundo. Al mismo tiempo es presidente de la oenegé Solidariedade Galega, organismo fundado en 1997 por personal sanitario que, voluntariamente, presta sus conocimientos en esos países. La mayor parte van en vacaciones o cuando acumulan jornadas de libranza. Aunque todavía no es algo común en Galicia, para este médico, un paso importante sería que los que ya han entrado en edad de jubilación aprovechen para ayudar.

-¿Hay una edad límite para ser un voluntario activo sobre el terreno?

-Para nada. No hay una edad límite para colaborar. Lo que procuramos es llevar personal que cumpla una serie de funciones necesarias para cada proyecto, pero estamos abiertos a todo el mundo. Por ejemplo, el pasado mes de noviembre, en Nicaragua estuvo operando un ortopeda infantil del hospital de Santiago que tiene 74 años. Hay mucha gente que se jubila y que está perfectamente. Todos tienen mucho que ofrecer.

-Hay que animar a la gente porque parece que todavía no es una iniciativa común en Galicia.

-Aún no hay mucha cultura de ir en vacaciones a ayudar al Tercer Mundo. En otras comunidades, como por ejemplo Andalucía, hay un mayor número de voluntarios. Cuando comenzamos a ir desde aquí, había el que lo veía como algo extraño. Es bueno que la gente comience a tomar conciencia.

-Fundamentalmente, cuando hay tiempo para poder embarcarse en un proyecto de este tipo como es tras la jubilación.

-Al tener tiempo disponible, puede ofrecerse un servicio estupendo. También aparte de la labor médica, hay otros voluntarios que participan en charlas para explicar qué se hace y eso también es una labor.

-¿Compensa?

-A veces lo hace de aquella manera. Porque puede darse que alguna vez el personal del hospital al que va el grupo tenga un cierto celo. Aunque llega un momento en que eso lo toreas perfectamente. Tomas un poco de Flor de Caña y vas limando el tema.

-¿Hay peligro? Porque a veces eso puede convertirse en un freno para animarse a participar en algún proyecto.

-Es bueno que la gente tenga conciencia de que tampoco hay el riesgo que se dice muchas veces. Lo habitual es que se vaya a Estados pobres, pero son seguros. Nunca he vivido ningún momento en el que pudiera decir que había peligro. Igual en un lugar como Sudán puedan darse esos casos. Pero por la experiencia de los 38 o 39 viajes que he hecho a los Estados que antes comentamos, nunca hemos tenidos problemas en este sentido.

-¿Qué ventajas tiene todo esto? Porque van a trabajar gratis en vacaciones.

-Ir a un lugar de estos tampoco es tanto sacrificio como pueda parecer. Es un cambio en las comodidades. Hay que animarse porque la cosa no es para tanto. Tiene una gran ventaja, que es que aprendes a valorar algo que aquí no hay. Cambia el modo de ver la vida. Luego la gente todavía te recuerda al pasar los años.