Juan Casares Long continuará luchando por el rectorado de la Universidade de Santiago, y lo hará con la «satisfacción persoal» de haber logrado la posición más destacada en la primera vuelta de unos comicios que, además, han incrementado la participación de la comunidad universitaria.
Para este catedrático de Enxeñería Química que opta por segunda vez al sillón rectoral, el resultado de ayer avala su convencimiento de que la Universidad «está pidiendo un cambio», aunque es consciente de que todavía queda «moito traballo por diante». Emocionado ante unos resultados que recompensan «catro anos de traballo» y agradecido a sus votantes, entre los que arrastró en mayor medida a la clase docente, sostiene que mantendrá su equipo para la segunda vuelta. «Presentei un equipo completo, cun programa de moitos meses, ese é o que estivo en xogo para esta votación e estará para a próxima», afirma al planteársele la posibilidad de pactar de cara a la votación definitiva. El reto ahora está en convencer a los votantes de los aspirantes que quedaron atrás.