«El dinero de cinco años de trabajo lo gastará en un día en su entierro»

GALICIA

A la espera del juicio y de los seguros, las familias de los tres muertos en el choque de Agolada buscan ayuda para afrontar la repatriación de los cadáveres

08 abr 2010 . Actualizado a las 03:25 h.

Rotas por el dolor y la tragedia, desbordadas por los trámites y el papeleo, las familias de los inmigrantes que perdieron la vida el martes en la N-640 en Agolada se enfrentan a la difícil tarea de buscar el dinero para poder repatriar los cuerpos de los suyos. Laurento Mircea, hermano de Dumbrava, uno de los rumanos fallecidos, reconoció en la mañana de ayer el cadáver de su pariente. Lo encontró con el rostro desfigurado por la brutal colisión. Poco después esperaba la llegada desde Rumanía de su hermano Pedro, al que acompañaban sus padres y los de Bogdan Hriscu, el otro rumano que perdió la vida en el siniestro, que viajaron a Galicia para hacerse cargo de su hijo.

Ayer por la tarde estaba previsto que les fuese practicada la autopsia a los tres en las dependencias del Instituto de Medicina Legal de Santiago y hoy se espera que el juzgado dé la orden de entrega de los cuerpos a las familias.

A la espera de la celebración del juicio del accidente y la actuación por parte de las compañías aseguradoras, las familias tendrán que adelantar el dinero para llevarse a los suyos de regreso a casa. Laurento buscó ayer presupuestos para trasladar a su hermano primero a un tanatorio de Lalín, para ser embalsamado, y, posteriormente, cuando los trámites administrativos finalicen, llevar a cabo la repatriación. La demora, calcula, podría ser de una semana, y el coste, indica, «siete u ocho mil euros». Un dinero que, dice, pagarán de momento con los ahorros de su hermano, y le puede la emoción al pensar que «el dinero de cinco años trabajando mucho lo va a gastar ahora en un día en su entierro».

El deseo de la familia del otro de los fallecidos, el marroquí Khalid Mansouri, es poder trasladarlo cuanto antes a su ciudad natal. Mohamed, hermano de Khalid, contaba con la ayuda de una funeraria compostelana que se haría cargo de todos los trámites y el papeleo. El coste, resumía, «cinco mil euros. Un dinero que -decía- no tenemos», y recordaban que tanto él como su hermano llevaban un tiempo sin trabajo.

Khalid se había convertido en los últimos meses en su sustento. Un amigo de la familia señalaba ayer que la comunidad marroquí inició una colecta. Y explicaba: «Mucho no podremos conseguir porque hay gente que no trabaja, pero haremos lo que podamos para dar una ayuda».

Vías de apoyo

En Galicia no existe ninguna agrupación marroquí que les pueda prestar apoyo o colaboración en estos casos. Un colectivo estatal de trabajadores marroquíes con sede en Madrid aconsejaba a la familia acudir al consulado y la Fundación Hassan II de Marruecos. La que sí ofrecía su asesoramiento a las dos familias rumanas era la Asociación gallego-rumana Puente Cultural, ubicada en Santiago. Su responsable señalaba ayer que dinero no tienen, «pero sí se les puede brindar el asesoramiento de algún abogado que colabora con nosotros y también apoyo psicológico».

Las familias se encuentran superadas por el dolor, por la falta de recursos y por unos trámites que se les antojan intrincados. Con ellas estuvo también el jefe laboral de los tres fallecidos, que aseguró: «Nos hallamos muy afectados por la tragedia y la pérdida de los que, independientemente de su nacionalidad, son nuestros compañeros, unos más». La empresa se puso a disposición de las familias para «darles todo nuestro apoyo y ayudarles en todo lo que podamos con los trámites».