El emblema de Ribadeo se viene abajo

GALICIA

Los expertos advierten de que la Torre dos Moreno, declarada bien de interés cultural, podría desmoronarse cualquier día, dado su avanzado estado de ruina

10 mar 2010 . Actualizado a las 02:10 h.

Un día de estos los ribadenses se despertarán con la noticia de que la Torre dos Moreno se ha venido abajo. Suerte habrá si no hay que lamentar víctimas. La advertencia no tiene nada de exagerada, porque el edificio más emblemático de Ribadeo se está desmoronando. Lo dicen los últimos informes elaborados hace unas semanas por el prestigioso Instituto Técnico de Materiales y Construcciones (Intemac), en base a las catas realizadas en los pilares. La torre agoniza desde hace años, sin que se haga nada por evitarlo más allá de visitas de conselleiros y anuncios que, de momento, nada han supuesto para preservar la integridad de este bien de interés cultural.

La Torre dos Moreno es la imagen de una frustración, de la desidia y el abandono. Cornisas desprendidas, cascotes que cuelgan del voladizo de red metálica que se colocó en su fachada después de que un fragmento de hormigón destrozase la capota de un coche, desconchados en las paredes, hierbas que asoman en las balconadas, hierros carcomidos, cristaleras melladas... la ruina absoluta. Hace dos años, el alcalde, Fernando Suárez (BNG), ordenó a la policía precintar dos pisos, ambos deshabitados. Al entrar la imagen era desoladora: excrementos y putrefacción en distintos cuartos, vidrios rotos, sin luz ni agua, filtraciones de humedad, pavimentos podridos...

En el edificio no vive nadie, pero sigue elevándose con elegancia en el Cantón de los Moreno, al lado del consistorio -la antigua casa del marqués de Sargadelos-. Observarlo permite evocar el esplendor que debió tener hace un siglo, cuando se concluyó la construcción que financiaron los indianos Pedro y Juan Moreno Ulloa, constituyendo un referente del estilo ecléctico-modernista. Es una edificación rica en adornos, con un tejado de cerámica vidriada que aún emite destellos al reflejar el sol, galerías coronadas por arcos y vidrios policromados y una cúpula semiesférica sostenida por cariátides. Con una planta de mil metros cuadrados, cuenta con seis patios interiores; dos viviendas por planta, con habitaciones principales y de servicio de cuatro metros de altura; un ascensor panorámico totalmente desvencijado que ha sido izado e incrustado en el techo para evitar riesgos, y una azotea con todo lujo de detalles, bancos, un mirador a la ría...

El problema para intervenir en la torre es que en un 79% es de propiedad privada -el 21% restante está en manos del Concello-. La única actuación de cierta consideración tuvo lugar hace algo más de diez años, cuando gobernaba en Ribadeo el PP. Entonces la Xunta reparó las cubiertas y encorsetó las maltrechas columnas. Las cariátides de la cúpula, que habían perdido sus brazos, volvieron a lucir. Por ahora no caerá, se dijo entonces. ¿Y ahora?

El riesgo es real. Las fachadas presentan un sospechoso abombamiento y las catas realizadas en las pilastras lo evidencian. La intervención de la Xunta, según el convenio firmado por el Gobierno bipartito, está supeditada a que el Ayuntamiento se haga al menos con el 51% de la propiedad. En ello está el alcalde, pero con escaso éxito, por la dificultad para contactar con las siete familias a quienes pertenece la torre. Parte está muy disgregada en Argentina.

Un as en la manga

Pero ahora Suárez tiene un as en la manga. El aval de Intemac y el proyecto de restauración que están redactando. Será el instrumento para poder ordenar una ejecución subsidiaria y después pasar la factura a los propietarios o, en su defecto, expropiar. Sería en todo caso una actuación de emergencia, que no devolverá el lustre a la Torre dos Moreno, pero que evitaría que se desmoronase.

La Xunta podría coger el timón en un asunto que a veces parece superar la capacidad de gestión de un Ayuntamiento como el de Ribadeo. En tanto, un BIC gallego agoniza. Desde hace tiempo los ribadenses lo tienen asumido, resignados a que cualquier día pase lo peor.