Las familias de Ponteareas mantendrán su encierro en el Concello hasta que se construya un acceso al instituto

PONTEAREAS

Hasta que no vean excavadoras trabajando para crear un camino de acceso que lleve luz, agua y abastecimiento al nuevo instituto de Ponteareas, no saldrán del salón de plenos del Ayuntamiento.

30 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Hasta que no vean excavadoras trabajando para crear un camino de acceso que lleve luz, agua y abastecimiento al nuevo instituto de Ponteareas, no saldrán del salón de plenos del Ayuntamiento. Así de firmes son las casi 250 familias afectadas por los problemas del IES do Barral, terminado hace meses y donde no se ha podido empezar el curso porque el terreno, aislado en una propiedad privada, carece de entrada.

Para hacer más llevadero el encierro, la plataforma de afectados ha organizado turnos, aunque más de un padre y su pequeño no han dudado en permanecer estas primeras 48 horas de forma casi seguida en el Concello. «Por las noches prácticamente no dormimos por muchas mantas y sacos que coloquemos, pero no nos iremos de aquí hasta el pleno del jueves y hasta que veamos los camiones empezar a trabajar en la zona, tal y como nos prometió el alcalde», recordaba ayer José Carlos Sousa, uno de los valientes que permaneció con su hijo Carlos toda la noche en el edificio.

Está previsto que en esa sesión plenaria extraordinaria, la segunda de este mes para discutir sobre el centro educativo, se debata la retirada de la petición de un expediente de expropiación de los terrenos, presentada la semana pasada, y se apruebe la firma de un acuerdo con los propietarios de los mismos para poder iniciar de inmediato las obras. Ante el miedo a que se vuelva a producir un retraso en los trabajos, que el regidor Salvador González Solla se comprometió a realizar en el menor tiempo posible, los padres han decidido continuar con el encierro que iniciaron el lunes. «El compromiso es que si retiran la propuesta de expropiar los propietarios los dejan entrar, pero ¿y si se echan atrás? Llevan tres años negociando y no consiguieron nada, así que ahora tampoco nos fiamos», apuntaban los afectados, que ayer desayunaron roscón casero y empanada de manzana en las mesas de los concejales, donde trasladaron sus comidas.