Tras la huella de los funcionarios

GALICIA

La Diputación de Pontevedra hará fichar a sus trabajadores a la entrada de sus puestos con un sistema que reconocerá los surcos de los dedos

30 jul 2009 . Actualizado a las 02:01 h.

Fichados. Pero literalmente. La huella digital, personal, irrepetible, imposible de falsificar y única en cada individuo sustituirá a las tarjetas de cartón con las que los funcionarios de la Diputación de Pontevedra fichan a la entrada y salida de cada jornada laboral. El dedo, pegado a la mano, prolongación del brazo e inseparable del resto del cuerpo, será el instrumento que delate a qué hora entró un trabajador público de la Diputación, a qué hora salió y cuándo se ausentó.

«Con esta medida de modernización e adaptación ás novas tecnoloxías a Deputación quere mellorar o sistema de control horario interno que na actualidade se está a empregar no Pazo Provincial e expandilo despois ao resto dos seus edificios», explicó ayer el presidente de la Diputación, Rafael Louzán. Algunos informadores pontevedreses no pudieron reprimir la sonrisa en una ciudad en la que el cuerpo funcionarial es legión frente a otros sectores.

Pero las nuevas tecnologías han llegado para acabar con las viejas historias de funcionarios especialistas en absentismo laboral. Se creará un portal en Internet para el empleado. «Pretendemos facilitar a información e o acceso aos trámites aos traballadores». Y su desarrollo ni siquiera ocupará a los trabajadores públicos. Una empresa externa se encargará de todo.

Con un presupuesto máximo de 140.000 euros para la ejecución del proyecto y para formación del personal de la Diputación sobre el uso de la aplicación en los distintos niveles se dará carpetazo al absentismo injustificado.

El sistema de control horario empleará terminales biométricos de control que se instalarán en todos los centros y que servirán para identificar a cada trabajador mediante huella dactilar, «controlándose así o cumprimiento horario e a produtividade dos funcionarios». Cada trabajador tendrá una tarjeta de identificación tipo híbrido con un chip para que pueda validarse de forma digital en los ordenadores sin necesidad de contraseña. «¿No sería esto a lo que se refería la oposición cuando hablaba de lo de las contrataciones a dedo?», bromeaba ayer un asiduo al Pazo Provincial en un café cercano. La chanza está servida.

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