La Justicia deberá localizar a dos imputados del «Prestige» de los que no hay noticias desde el 2002

GALICIA

22 mar 2009 . Actualizado a las 12:25 h.

La imputación en el caso Prestige del primer oficial, Ireneo Maloto, y del jefe de máquinas, Nikolaos Argiropoulos, puede complicar e incluso retrasar la celebración del juicio por la catástrofe ecológica. La Justicia española desconoce el paradero actual de estos dos marinos y en el juzgado de Corcubión tan solo figura el domicilio que dieron cuando prestaron declaración en noviembre del 2002. Pero ni siquiera se conocen cuestiones cruciales como, por ejemplo, si siguen con vida.

El griego Argiropoulos, al que la jueza imputa un delito de desobediencia y otro contra el medio ambiente, tenía 63 años cuando sucedió el accidente, por lo que ahora debe rondar los setenta. Ireneo Maloto, en cambio, era más joven y en la actualidad rondaría los 46. En el auto de la jueza instructora figura que el primer oficial era filipino, pero en realidad tiene nacionalidad rumana.

La Justicia española solo impuso medidas cautelares al capitán del buque, Apostolos Mangouras, pues también fue el único que tuvo que enfrentarse a la prisión provisional y le ata a España una fianza de 3 millones de euros que depositó la aseguradora del buque, el London P&I Club, la principal interesada en que el capitán no eluda sus obligaciones con la Justicia española. Además, cada quince días debe presentarse en una comisaría de su Grecia natal.

Medidas cautelares

Para el jefe de máquinas y el primer oficial, en cambio, la última medida cautelar la tomó el entonces juez instructor en noviembre del 2002, y consistió en retenerles los pasaportes para que permanecieran en España mientras se practicaban las diligencias judiciales. En diciembre de ese año, ambos abandonaron el país. Ni siquiera la defensa del armador y de Mangouras, que los asesoró durante sus declaraciones judiciales, saben qué fue de los dos marinos imputados. Y ya no se consideran sus abogados.

El caso es que la imputación de estos dos miembros de la tripulación complicará la apertura de juicio, según las fuentes jurídicas consultadas. El primer paso que habrá que dar es cursar sus citaciones mediante sendas comisiones rogatorias a Grecia y Rumanía. Si no hay respuesta, lo normal sería dictar una orden internacional de busca y captura. Si finalmente no se presentan serían declarados en rebeldía y sus imputaciones se mantendrían hasta que aparecieran o prescribieran los delitos. La celebración de juicio está asegurada siempre que Mangouras pueda comparecer.

Todos estos trámites llevan su tiempo y algunas partes personadas en la causa, más pragmáticas, consideran que sería más efectivo no imputarlos o calificar sus delitos en grado de complicidad, lo que reduciría la petición de penas a menos de dos años y, por tanto, podrían ser juzgados en ausencia. «Por iniciativa propia está claro que no vendrán a juicio», aseguraba ayer un abogado.