Quintana arrastra a la cúpula en su caída y allana la transición del BNG

GALICIA

Una comisión con equilibrio de las diversas corrientes organizará la asamblea de mayo que elegirá nueva ejecutiva

15 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Detonación controlada en el BNG para facilitar una renovación de estructuras y cuadros directivos que no dinamite el proyecto político nacionalista. El consello nacional del Bloque dio ayer el visto bueno a la dimisión de Anxo Quintana y del resto de la ejecutiva, que continuará en funciones hasta la celebración, el 10 de mayo, de la asamblea extraordinaria que eligirá la nueva cúpula. Ese proceso será pilotado por una comisión organizadora que, en un primer gesto de la transición abierta que se persigue, incorpora a las diferentes corrientes.

Al margen del debate interno sobre el revés electoral y el proceso de renovación que se abre, Quintana copó el protagonismo de la jornada con la confirmación de su retirada de un liderazgo del BNG por el que, adelantó, no volverá a competir en la próxima asamblea. Tocaba rendir cuentas y el todavía vicepresidente de la Xunta en funciones cargó con la responsabilidad de un «mal resultado electoral sen ningún tipo de paliativos». Serio y con expresión de cansancio, abogó por realizar la reflexión interna necesaria «para que no futuro non cometamos os mesmos erros», con autocrítica, pero con «espírito construtivo» y evitando «flaxelacións absurdas» que complicarían el propósito de «refundar a vixencia do proxecto nacionalista».

En su lectura de las decisiones erróneas que confluyeron en el traspié electoral, Quintana repasó lamentos que comparten los socialistas, como la subestimación de la interlocución política y social de la que goza el PP en este país, impacto del discurso de los supuestos despilfarros de la Xunta en una comunidad expuesta a las dentelladas de la crisis, y ausencia de trabajo para crear una «cultura de coalición» en Galicia. Pero Quintana también quiso centrar la tarea que el Bloque tiene por delante. «É o momento da unidade e da ilusión, non de personalismos nin de axustar contas», advirtió. En ese punto, alentó a poner en valor lo realizado en el bipartito e impedir «a segunda vitoria» de un PP que ve obcecado en «derrotar a alternativa de por vida», al trasladar la idea de que la ineficacia reinó en el Gobierno de coalición.

Quintana, en el momento más vehemente de su intervención, tomó como símbolo del ataque del PP a la gestión del Bloque su discurso sobre las galescolas, el Consorcio de Servizos Sociais y el concurso eólico. Aseguró que «os intereses de empresas galegas que gañaron limpamente poden agora verse sometidos ao fanatismo de determinados intereses». El alaricano aprovechó ese hilo argumental para incluir la labor parlamentaria de oposición en su hoja de ruta. «É un traballo que temos que comezar xa, no seo da sociedade e no novo Parlamento».

Primera piedra

¿Piensa Quintana en saltar al púlpito de la portavocía parlamentaria? Se decidirá en los próximos días. «Non é a cuestión esencial ahora para min e para o BNG», señaló a los periodistas al término de una reunión de seis horas que él mismo calificó como el consello de colocación «da primeira pedra para volver ao Goberno canto antes». El candidato que asumirá ese reto saldrá de una asamblea ordinaria prevista para el 2010.