El disparo de un cazador hiere a un ourensano que estaba en su jardín

GALICIA

La munición se coló entre los setos que cierran su finca en la localidad verinense de Queirugás

07 ene 2009 . Actualizado a las 03:27 h.

La pequeña localidad de Queirugás, en el municipio ourensano de Verín, vio alterada a media mañana de ayer su habitual tranquilidad por un accidente de caza en el que se vieron implicados dos de sus vecinos: Jesús Guerra y Félix Antonio Martín. El primero, aficionado a la caza, salió como hace habitualmente en las mañanas festivas a recorrer los montes que circundan el pueblo a la búsqueda de conejos o alguna perdiz acompañado de sus perros. Al filo del mediodía, Jesús realizó uno de los últimos disparos, en un campo cercano a la finca en la que está la casa de Félix Antonio Martín. El edificio tiene una parcela de jardín rodeada de un cierre de setos altos que ocultan casi totalmente tanto el patio como la edificación.

Entre esos setos debió colarse parte de la munición, que alcanzó a Félix Antonio en la cabeza provocándole las heridas, según especulaban ayer algunos vecinos que acudieron a la zona alertados por la llegada de la Guardia Civil, avisada por los servicios de emergencia. De hecho, Jesús, el cazador, no se enteró de que había alcanzado a su vecino hasta que comenzó a descender por el camino y se lo encontró quejándose de la herida.

Félix Antonio acudió al hospital verinense, donde tras realizarle las curas y tenerlo dos horas en observación fue dado de alta. Hasta el centro sanitario se desplazó también el autor de los disparos, presa de un ataque de angustia, para interesarse por la salud del herido, según contaba su propio padre. «Chegou á casa desesperadiño de todo, chorando, maldicindo a súa sorte e dicindo que quería morrer e que por que non morrería cando o seu irmán», explicaba, también entre lágrimas, José Guerra que, al igual que su esposa, esperaba a las tres de la tarde de ayer sin comer y hecho un manojo de nervios en la casa familiar la vuelta de su hijo con noticias sobre el vecino herido. El disgusto para ellos es doble, ya que se da la circunstancia de que con el hombre al que disparó su hijo les unen, además, lazos familiares, ya que Félix Antonio está casado con una sobrina de José Guerra.

Un caso de mala suerte

Los vecinos de Queirugás descartaban cualquier tipo de intencionalidad en el incidente y justificaban lo ocurrido aludiendo a la casualidad y la mala suerte. Y es que, según cuentan, la casa -que se encuentra un poco alejada del resto del núcleo del pueblo-, está durante temporadas sin habitar ya que Félix pasa varios meses al año embarcado. «Ao mellor o rapaz nin sabía que estaba por alí, e dende logo que non o puido ver porque dende fóra non se ve nada polos arbustos», comentaba una vecina. También lamentaban el disgusto de la familia del cazador «que leva sufrido moito porque xa perdeu aos outros fillos e este é o único que lles queda. E agora con este susto».