Los viajeros del AVE de Vigo verán la ría desde el subsuelo de la estación

GALICIA

19 dic 2008 . Actualizado a las 19:08 h.

El arquitecto norteamericano elegido por el alcalde de Vigo para diseñar la futura estación del AVE ha optado por dar un golpe de efecto antes incluso de que se conozca el proyecto de la terminal. Thom Mayne anunció ayer que una de sus señas de identidad será una especie de amplio hueco (30 metros de alto por 10 de ancho) que conectará a quince metros de profundidad los andenes por los que circularán los trenes con la superficie. Diversos juegos de espejos y prismas permitirán que los viajeros contemplen desde los andenes la ría de Vigo «como si dispusieran de un periscopio en el interior de un submarino sumergido», explicó Mayne.

Este conocido profesional, que posee entre otros galardones el Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura, protagonizó una curiosa rueda de prensa en el consistorio vigués. Mayne se explicaba en inglés y le traducía Begoña Díaz-Urgorri, arquitecta que colabora en sus proyectos en España, y en ocasiones también el propio alcalde vigués, Abel Caballero. Todos ellos mantuvieron una larga reunión en la sede municipal destinada a ultimar los detalles de un proyecto clave para la alta velocidad ferroviaria, pero también para la configuración del centro de la ciudad.

Proyecto embrionario

Mayne dejó claro que el proyecto se encuentra en una fase muy inicial y que por ese motivo hasta dentro de dos o tres meses ni siquiera existirán imágenes. Pese a ello, resulta evidente que gran parte de la configuración final la tiene ya definida en su cabeza. «Estoy muy interesado por la vista de la ría, que tiene una gran calidad, y el espacio donde vamos a actuar topográficamente permite mantener una relación», explicó.

El acuerdo de Concello y Fomento consiste en mantener la futura estación del AVE en el mismo emplazamiento que la actual, aunque los cambios que se operarán en el territorio harán que nada sea igual una vez construida. De entrada, el tren llegará a 15 metros de profundidad por un túnel de ocho kilómetros desde la vecina Redondela. Debido a ello cambiarán todas las cotas, desaparecerán las vías de la superficie y se construirá un gran edificio para albergar el aparcamiento, la propia terminal, un centro comercial y la estación de autobuses.

La previsión es cambiar los actuales accesos mediante una conexión directa con la vecina AP-9 y también desde la Vía Norte, una calle situada a gran altura sobre la estación pero que en el futuro estarán a un nivel parecido. Para ello, el tejado de la futura plaza, de unos 40.000 metros cuadrados, se transformará en un recinto público. El calendario de las obras prevé que se inicien a finales del 2009, con tiempo suficiente para que concluyan tres años después, tope para la entrada en servicio del eje atlántico ferroviario.