Las plazas de la discordia

GALICIA

Los alumnos gallegos que no entraron en Medicina critican que el 23% de las plazas las copen los estudiantes lusos, y estos recuerdan que allí el acceso es aún más difícil

15 nov 2008 . Actualizado a las 03:21 h.

Alumnos portugueses lograron casi ochenta de las 350 plazas de primero de Medicina en Santiago, la única ciudad gallega que acoge esta titulación. Es casi un 23%, por lo que la polémica está servida en una carrera en la que la demanda quintuplica la oferta.

Las normas están ahí y las europeas rezan que todos los estudiantes de la UE podrán acceder a facultades de otros países con sus propios sistemas selectivos. Las universidades son cada vez más multiculturales y por los pasillos de Filologías, Historias o Magisterios domina la diversidad lingüística. Pero las reacciones no son las mismas cuando centenares de alumnos gallegos con más de un ocho de media se quedan a las puertas de la carrera deseada.

Daniela y Joana, la primera de Braga y la segunda de Oporto, no están estudiando Medicina en Santiago por gusto. Preferirían hacerlo en alguna de las ciudades lusas que tienen esta titulación, pero no han podido. Están matriculadas en segundo y se vinieron a Galicia porque las facultades portuguesas tienen una nota de corte prácticamente insalvable. Superior a nueve en las siete que hay distribuidas en el país, y además no pueden solicitar el ingreso en todas. Evidentemente, han tenido que recurrir a la capital gallega.

Joana tiene la vocación desde hace años y a Daniela se le despertó más tarde, pero le acabó «fascinando» la carrera. Viven en un piso y, aunque están cerca de la raia , echan de menos la familia, la lengua y los amigos. Joana parece que más, porque por ahora tiene claro que quiere ejercer en su país. Daniela se lo piensa. En cuanto a la carrera en sí, aseguran que es más complicada de lo que esperaban y, al contrario de lo que parece, prefieren que las clases se impartan en castellano, «que es el idioma que hemos aprendido».

Sin médicos ni aquí ni allá

El argumento utilizado desde España es el mismo que se utiliza desde Portugal. Los gallegos que no consiguen entrar en Medicina aducen que, si se amplían plazas por falta de especialistas en la comunidad, es incoherente que estas vayan a ser ocupadas por portugueses que acabarán desempeñando la profesión en su país.

Daniela y Joana esgrimen la misma incoherencia. Más de siete mil jóvenes lusos se pelean por acceder a alguna de las plazas de Medicina (poco más de un millar), cuando su país también presenta un déficit enorme de médicos. Hay centenares de facultativos españoles trabajando allí, muchos de ellos de Galicia -explica Daniela- y ellas tienen que venir a estudiar a la Universidade de Santiago porque en su país no aumentan el número de plazas.

Las mismas paradojas se presentan al analizar las cifras globales. España es uno de los países que más médicos exporta y con una de las mejor es ratios de facultativos por habitante, pero se reconoce oficialmente un déficit de facultativos, sobre todo en ciertas especialidades.

Rechazo a más matrícula

Los alumnos de Portugal vienen a Galicia porque las facultades lusas han alcanzado un nivel de elitismo casi insostenible (es necesario sacar un 18 sobre 20, un 9 de aquí) y el flujo de médicos que abandona Galicia ha disminuido respecto a otros años, pero se siguen yendo profesionales. Para rizar más el rizo, los decanos de Medicina manifestaron en más de una ocasión su rechazo a aumentar las plazas de la titulación, lo que acabará provocando que exista de nuevo el desempleo en una profesión que, señalan, ya sufre un nivel de precariedad suficiente.