Detenido por esconder armas en un nicho de un cementerio de Meaño

GALICIA

La Guardia Civil acusa al hombre de causar daños en los viñedos de sus vecinos por una posible venganza

15 oct 2008 . Actualizado a las 04:12 h.

La Guardia Civil convocó a los vecinos para pedirles permiso para abrir los nichos del cementerio, por si había armas escondidas dentro. No es el argumento de una película de la Galicia más profunda, aunque lo parezca. Ocurrió ayer en Lores, una parroquia del municipio pontevedrés de Meaño.

Desde hace unos años, los vecinos estaban sufriendo daños en las vides de sus fincas, que días antes de la vendimia aparecían cortadas. Como el suceso se repetía con frecuencia y los afectados ya tenían sus sospechas, lo denunciaron ante la Guardia Civil. Las pesquisas culminaron el lunes pasado con la detención de Eliseo Seijas, un hombre solitario de 48 años que vive en una casa frente al cementerio. Lo acusaron de un delito continuado de daños, como presunto autor de los destrozos en las viñas. Pero no finalizó ahí la investigación. Poco después, un grupo de agentes se presentaron en el cementerio parroquial y abrieron uno de los nichos de la parte nueva. No esperaban dar con huesos, ya que allí, supuestamente, no había nadie enterrado. En realidad, buscaban lo que encontraron: una cizalla, una sierra, una escopeta y un arma corta reformada para disparar cartuchos del calibre 6,35, además de varios pasamontañas.

Escopeta robada

A raíz de tan extraño descubrimiento fueron convocados los propietarios de los nichos para que permitiesen abrir las demás sepulturas. Y así se hizo, aunque no hubo más hallazgos sorprendentes. La macabra jornada finalizó de nuevo con la detención de Seijas, acusado en esta ocasión de un delito de robo y otro de tenencia ilícita de armas, ya que la escopeta había sido robada unos meses antes a otro residente de los alrededores. Se supone que el acusado ocultaba en los panteones las herramientas con que destrozaba las plantaciones, así como las armas que acumulaba.

Un hombre con mala fama

Eliseo Seijas no es un hombre querido por sus vecinos. «É un tipo raro que non se fala con ninguén», decía ayer uno que prefería no identificarse. «É que temos que seguir vivindo porta con porta, xa se me entende», se justificaba.

Desde que murieron sus padres, vive solo en una casa de piedra frente a la iglesia, y desde hace veinte años no se le conoce ni oficio ni beneficio. Sin embargo, la vivienda fue reformada hace poco. «Hai quen di que andaba no contrabando, pero quen sabe, iso son faladurías».

No es la primera vez que se las ve con la Justicia, porque en el 2002 ya tuvo una trifulca con otro vecino al que hirió con un apero de labranza. Cuando llegó el juicio, trató de impedir que los testigos declararan en su contra, pero aun así, algunos se presentaron ante el juez, y Seijas fue condenado, lo que no hizo sino empeorar sus relaciones con los lugareños. Ahora, los vecinos vinculan los dos sucesos, y creen que el acusado se dedicaba a dañar los viñedos de aquellos que declararon en su contra. De hecho, la mayoría de las vides que aparecieron rotas en los últimos años son propiedad de algún testigo o de sus familiares.

Eliseo Seijas fue puesto en libertad con cargos, acusado en pocas horas de un cúmulo de delitos. Ayer, su casa permanecía cerrada a cal y canto, pero en los juzgados de Cambados lo esperan para tomarle declaración.