Vicerrectores nacionalistas hacen frente común con los rectores para exigir más recursos

GALICIA

15 oct 2008 . Actualizado a las 03:15 h.

Las crisis unen, por lo que en momentos inciertos hay que sumar fuerzas. En julio pasado, uno de los tres grupos de gobierno de la Universidade de Santiago, Universidade Aberta (UA), colectivo nacionalista, manifestó su malestar por los dos primeros años de mandato porque «xeraron diferenzas importantes». Sin embargo, el retraso en la entrada en vigor del nuevo plan de financiación de las universidades, y la previsible reducción de ingresos en las arcas de la compostelana, con la consecuente paralización de proyectos, ha provocado que UA aplace todas las diferencias con el resto de grupos del equipo de gobierno «aínda que non estean solventadas» para manifestar su apoyo al rector santiagués, Senén Barro, y a sus dos homólogos gallegos, arremetiendo así contra el presidente de la Xunta.

En una declaración leída por el vicerrector de Relacións Institucionais, Lourenzo Fernández Prieto, y acompañado por los otros vicerrectores de UA, Elías Torres, Dolores Domínguez, Xoán Carlos Carreira y la vicerrectora adjunta Celia Besteiro, el colectivo asegura que el Gobierno gallego ha incumplido su compromiso al dejar a las universidades con un plan de financiación, firmado en el 2005, que ellos mismos criticaron (de hecho, el representante del PSdeG en el Consello Galego de Universidades votó en contra).

Menor aportación

La financiación a mayores que anunció Touriño (primero 11 millones y luego 15) esconde, según UA, el descenso de las aportaciones de la Xunta a las universidades, «e nin sequera chegará para compensar o decrecemento que vai experimentar, polo que probablemente dispoñeremos dos mesmos cartos do ano pasado sen sequera enxugar a inflación».

El 85% de lo que reciben las universidades depende de los ingresos no financieros de la Xunta, por lo que si estos se reducen, bajan los fondos para estas instituciones. Este año está previsto que disminuyan estos recursos, por lo que por cada 1% que se recortan las universidades se repartirán tres millones menos.