El cerdo «Quinín» vive feliz, ajeno a la inminente llegada de su San Martiño

Redacción Digital DUMBRÍA

CARBALLO

El cerdo más inteligente y mediático de Galicia continúa con sus paseos diarios por Dumbría.

15 oct 2008 . Actualizado a las 16:46 h.

El cerdo más popular y el más inteligente de Galicia, hasta que se demuestre lo contrario, continúa con su vida cotidiana por los montes y maizales del Concello coruñés de Dumbría.

«Quinín» y su propietario Antonio Caramés comparten, a diario, largos paseos desde la casa familiar hasta el depósito del agua donde el marrano ha instalado su particular área higiénica, con zona de baño y sanitario incluido.

Lo único que ha cambiado a lo largo de las últimas semanas es la compañía. Ahora, además de la inseparable perra «Tila», raro es el día que no aparece por Dumbría, algún intrépido reportero televisivo dispuesto a inmortalizar las andanzas del singular gorrino.

«Chamaron de todos os sitios, ata da radio de Cataluña», señala Antonio, que ya está un poco cansado de tanta expectación pero no duda en atender gustoso a todo aquel que quiera comprobar de primera mano la singularidad de 'Quinín' e incluso bromea sobre las iniciativas puestas en marcha, a través de la Red, para lograr su indulto.

El ganadero retirado ironiza con el dinero que podrían ganar su cerdo y él, como estrellas televisivas. «Din que o queren levar para saír na televisión. Por min non hai problema. Que nos poñan un coche adaptado para que poidamos viaxar os dous e imos ata onde faga falta», afirma con cierta sorna.

Entre tanto el cocho no para de ganar kilos a base de vegetales y sacos de maíz. Esa voracidad con la comida le viene de unos meses para aquí. Carmen, la esposa de Antonio, recuerda que de pequeño no era así: «Non quería comer e por iso empezamos a sacalo fóra do cortello». Ahí empezaron los paseos y la particular relación entre el cerdo y su amo.

«Agora costalle máis camiñar porque está moi pesado e dóenlle os pés. Antes corría que metía medo», apunta Antonio mientras espera a que «Quinín» suba la cuesta que le conduce a su ansiado baño. La gravilla suelta de la carretera le dificulta el paso pero en cuanto llega al campo, ahí sí que recupera todo su brío.

«Ten mellor olfato para o coello él que a cadela», afirma el propietario que dedica largos ratos a lograr que ambos abandonen su singular cacería antes de que llegue la noche.

Quinín echa una mano con las aceras

El interés mediático generado entorno a «Quinín» coincide con la remodelación de la calle que cruza el núcleo urbano de Dumbría, justo delante del bar ?Terrelo? que regenta la familia de Antonio. Las obras, que llevan ya unos meses en marcha, han sufrido una aceleración en las últimas semanas, según constatan los clientes del bar. Aunque los responsables de los trabajos afirman que su actividad no tiene nada que ver con el cerdo porque ya estaba planeada con anterioridad, los vecinos si ven relación entre los dos hechos.

Ahora falta por saber si el carisma de «Quinín» que presuntamente habría ayudado a apurar la construcción de las aceras le sirve para salvarse del terrible San Martiño que, cada día, está más cerca.