Aparte de la mentira en el número de kilómetros, Juan también descubrió que el coche no era de marzo del 2005, como le habían dicho, sino del año 2004. La situación que poco a poco iba descubriendo le hizo coleccionar una serie de papeles para poder acreditar todo lo que le había sucedido.
Sus primeros pasos se dirigieron hacia consumo, pero allí no le solucionaron nada. Después contactó con un abogado para ver cuáles eran las posibilidades de ganar el caso, pero el alto coste del proceso le hizo dar marcha atrás. «Además de estar pagando dos coches, cada poco tenemos que cambiar piezas en el Audi», explica. Por el momento ya ha sido necesario cambiar una aleta, los focos de los cuatro intermitentes, la defensa y una batería «que le tuve que poner a los dos meses de tenerlo», dice. Además, debido al problema con la falta de la documentación explica que «el coche estuvo parado cuatro meses». La ilusión de conducir un coche nuevo se ha convertido en un año de dolores de cabeza y malas sorpresas para Juan y su mujer, que todavía tendrán que seguir arreglando el Audi.
Pero, el caso de Juan no parece ser el único. Él mismo asegura que en Alemania le comentaron que «los coches con algún golpe se venden muy bien en España. Yo creo que esto pasa porque una vez aquí parece que le reducen el kilometraje y así los venden más fácilmente», razona.