Condes de Albarei contrata a siete toxicómanos en rehabilitación para vendimiar en el pazo de Baión

La Voz

GALICIA

26 sep 2008 . Actualizado a las 02:05 h.

Esta misma mañana, siete personas que han tenido problemas de drogadicción cruzarán la verja del pazo de Baión para trabajar en las tareas de vendimia que llevará a cabo Condes de Albarei, nueva propietaria de estas instalaciones. El que en otro tiempo fue símbolo del narcotráfico, y propiedad de Laureano Oubiña, es ahora un emblema de la lucha contra esta lacra social. Durante los próximos quince años, ex toxicómanos en rehabilitación se encargarán de tareas de recogida de la uva durante un mínimo de 400 jornadas anuales.

La medida es fruto de las condiciones en las que fue licitado el pazo de Baión. Las bases establecían que el nuevo propietario tendría que comprometerse a contratar a drogodependientes en rehabilitación, con el fin de que estas instalaciones pusieran su granito de arena en la lucha contra el narcotráfico.

La selección de personal la realiza, en primera instancia, la Consellería de Sanidade, que remite a Condes de Albarei una lista de posibles candidatos. En todos los casos se trata de gente «que se atopa na última fase da rehabilitación e que non consume», explicó Xavier Zas, director de la firma cambadesa. La bodega terminó ayer mismo de seleccionar a los nuevos empleados, que hoy comenzarán a trabajar en la recogida de la uva.

En los próximos días, el Plan Nacional sobre Drogas, la bodega y la Consellería de Sanidade firmarán un convenio de colaboración para hacer oficial el acuerdo. En este documento, la bodega se compromete a contratar todos los años, durante los próximos quince ejercicios y por un mínimo de 400 jornadas laborales, a personas en proceso de rehabilitación.

Las tareas de recogida

Condes de Albarei inicia esta mañana su primera vendimia en el pazo de Baión. En estas 22 hectáreas de terreno, la firma cambadesa espera obtener 160.000 kilos de uva para elaborar un vino de gama alta. Para ello, contratará a un total de 55 personas, de las que siete son ex toxicómanos.